EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 20 de enero de 2022

ACEPTAR A JESÚS Y CAMBIAR


 

“El Evangelio de Hoy”: Mc 3,7-12   

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

 

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: "Tú eres el Hijo de Dios." Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer. Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

Jesús, “encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío”. El resumen que nos presenta el evangelio de hoy nos dice que “al enterarse de las cosas que hacía” lo seguía mucha gente. Tenemos que diferenciar este seguimiento de aquel que vive una persona después de encontrarse verdaderamente con Jesús y conocer su mensaje y su proyecto. Jesús no se deja llevar por la emoción de la gente cazadora de milagros que, tumultuosamente, se le acerca. La salvación que Dios ofrece, y de la cual Jesús es portador, apunta en otro sentido. Su acción ha de tocar no a las multitudes, sino el corazón de la persona en concreto, para doblegar su orgullo y para que se inicie en la persona, que tiene una experiencia de él, un proceso de conversión que le haga nacer de nuevo.

 

Aunque tengamos mucha gente en nuestras asambleas, celebraciones y actividades, recordemos que hay que hablarles a los corazones de las personas. El corazón que acepta a Dios es capaz de cambiar, de convertirse y acoger el plan de salvación de Dios. Solo después de este encuentro personal con Jesús se puede pasar al plano comunitario o eclesial que es donde compartimos nuestra experiencia de encuentro con Jesús. Pidamos al Señor que no nos deje desanimar por lo pequeños que puedan resultar nuestras comunidades y grupos. Muchos o pocos, somos llamados a testimoniar el amor con que Dios nos ama y, al estilo de Jesús, hablarle a una persona en particular y luego a otra… Seamos creativos frente a las realidades que se nos presenten en nuestro proceso de vida cristiana, como Jesús que frente a la muchedumbre, eligió una barca para alejarse un poco y desde allí acercarse a los corazones.

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