EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 21 de junio de 2021

NO JUZGUEN


 

El Evangelio de Hoy,  Mt 7,1-5

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguen y no serán juzgados; porque les van a juzgar como juzguen ustedes, y la medida que usen, la usarán con ustedes. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano." Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

La práctica de nuestra fe no consiste en fijarnos en los demás para recriminarles, corregirles, llamarle a la atención, ni ningún otro comportamiento que lleve consigo algún tipo de juicio frente a los demás. Nosotros estamos en este mundo para vivir el estilo de vida y de misión de Jesús. El pasó por nuestro mundo haciendo el bien. Solo Dios juzga de corazón y lo hace a favor de quienes le necesitan. Jesús nos muestra el camino de lo que debe ser nuestra manera de relacionarnos con los demás: mirar a los demás como quienes nos necesitan y actuar, con ellos, de corazón y con toda sinceridad. Cuando nosotros osamos juzgar las actuaciones de nuestros semejantes, casi siempre terminamos condenando y marginando a quienes evaluamos. Dios no es así, Él es misericordioso y bueno, perdonando los pecadores. Así que avancemos en la práctica de la fraternidad y rechacemos todos los pensamientos y acciones prejuiciosas.

 

Aunque no siempre usen con nosotros la medida que nosotros aplicamos a los demás, pues aparecen mal agradecidos e ingratos, hoy somos llamados a actuar, con los demás, como si fuera a favor de nosotros mismos. La paz, la satisfacción de ver a otros bien, nos produce una sensación de bienestar único. Cuando Jesús afirma que “la medida que usen para medir la usarán con ustedes,” nos está mostrando el camino de la paz y la confianza. Recordemos que, más que por esperar algo a cambio, la llamada a servir bien y a amar, es algo que renueva, fortalece y recrea nuestra vida. Si en vez de juzgar  viviéramos la misericordia y la compasión, tendríamos mayor libertad, paz y tranquilidad. Es la única forma de evangelizar, de contagiar a los demás de alegría, aunque no todos respondan como esperamos. Pidamos al Señor la gracia de vivir su palabra con humildad y decisión.

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