EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 20 de noviembre de 2017

VER LO DE DIOS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 18, 35-43

Lectura del santo evangelio según san Lucas: 

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello, y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno". Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!"
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" El dijo: "Señor, que vea otra vez". Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado". En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor.

Reflexión

El Texto evangélico de la sanación del ciego de Jericó es una gran invitación a ver de nuevo. Preguntémonos ¿Cómo hemos visto hasta ahora? ¿Cuáles son nuestras maneras de ver las diferentes realidades a nuestro alrededor? Ver de nuevo significaría, estar abiertos a lo que Dios nos pide hoy en medio de nuestras situaciones. Es el ejercicio profético al que nos invita la Biblia. Estar atentos y atentas para discernir qué nos dice Dios en la coyuntura actual, para ponernos a su servicio comunicando a los  otros el mensaje de Dios. Descubrir la voluntad de Dios para vivirla.

Al igual que el ciego de Jericó, muchos vemos de manera equivocada a Jesús. El ciego veía a Jesús como ‘hijo del rey David’ y restaurador de la monarquía, Jesús no era muy partidario de las connotaciones de ese mesianismo. De hecho, Él no intenta cambiar esta visión por medio de discursos o reprobaciones sino con el ejemplo y la acción. La vista recobrada le permite al ciego ir detrás de Jesús y descubrir por sus propios medios quién era realmente Él. Ver otra vez significa ver de manera nueva, cambiar, dignificarse. El evangelio nos invita a pedirle a Jesús que sea Él quien abra nuestros ojos para ver lo que antes no alcanzábamos a ver. 

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