EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 21 de septiembre de 2017

JESÚS LLAMA A LOS PECADORES

“El Evangelio de Hoy”: Mt 9, 9-13

Lectura del santo evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que su maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Anden, aprendan lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores." Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús le pide a Mateo que le siga, lo que implica una renuncia, no sólo a su oficio, sino a su condición social. Los fariseos, basados en sus rígidas estructuras morales y en su nacionalismo excluyente, cuestionan el comportamiento de Jesús y de los discípulos. Jesús reacciona acudiendo al criterio de la tradición profética, “Misericordia quiero y no sacrificios”. Aprendamos a escuchar a Dios en nuestro interior y a saber responder libremente a su llamado. No nos llama a encerrarnos en tradiciones formales aprendidas, sino a amar y humanizar desde la realidad que vivimos. Nos invita a inventar nuestra propia forma de responder a Dios desde la misericordia, la solidaridad y cercanía.

A partir de su propia experiencia, el evangelista San Mateo nos recuerda tres enseñanzas importantes: la primera, Jesús ha venido a redimir a quienes están postrados; segunda, la clave de su enseñanza y de su acción es la misericordia o el amor de Dios; tercera, son los pecadores, y no los que se creen justos, quienes tienen la prioridad en la misión de Jesús. Nuestra tarea no es alejarlos o excluirlos, sino acogerlos e invitarlos a participar de esa mesa común que es la vida cristiana. Atendamos al llamado de Jesús como mateo y seamos capaces de llamar a otros y otras a seguir a Jesús acogiendo su Buena Noticia de que somos amados por Dios.

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