EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 23 de agosto de 2017

AMOR, JUSTICIA Y NECESIDAD

“El Evangelio de Hoy”: Mt 20, 1-16

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros parados, y les dijo: "¿Cómo es que están aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado". Él les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña". Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros".
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno". El replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos". Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de Hoy nos plantea el tema de la Justicia. Generalmente manejamos la definición de la justicia que nos indica que es dar a cada quien lo que le pertenece. Pero  la parábola de los trabajadores de la viña desafía nuestro sentido de equidad, ya que fácilmente nos sentimos inclinados a pensar que la paga debe ser proporcional al trabajo realizado. Sin embargo, una lectura atenta del texto nos ayuda a comprender cómo la equidad está en ofrecer a todos las mismas posibilidades. En nuestros países con altos índices de desempleo, la gente trabaja por lo que le paguen, lo importante es hacer algo para sobrevivir.
Estamos invitados a crecer en nuestra manera de enjuiciar a los demás. Ser sensibles a las necesidades reales de los que nos rodean y a la medida de nuestras posibilidades, ayudar a los otros a vivir dignamente. Comprender la justicia a partir de las necesidades particulares y no llevarnos solamente por las percepciones sociales que nos engloban de manera desproporcional. Dios actúa con justicia y amor. Dejemos que su manera nos influya y anime en la esperanza. Para ello estemos atentos y atentas a su oferta de salvación y a su promesa de acompañarnos en el día a día. Dios es amor, aprendamos de él.

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