EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 27 de septiembre de 2016

ÉL SE VOLVIÓ Y LES REGAÑÓ

“El Evangelio de Hoy”: Lc 9, 51-56

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?" Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Palabra del Señor.

Reflexión.

El Evangelio de Hoy nos presenta a Jesús en camino hacia Jerusalén. La  teología del evangelio según San Lucas nos lleva de Galilea a Jerusalén y de Jerusalén a la eternidad pasando por el tiempo de la Iglesia, tiempo de acogida de la Buna Noticia y de testimoniar la fe.  Jesús aprovecha el viaje, la vida, para instruir a sus seguidores. Les enseña la Buena Noticia como una propuesta salvífica libremente acogida o rechazada por quienes la reciben. En su largo camino hacia Jerusalén van pasando por los pueblos y pidiendo posada.  A los samaritanos les molesta que se dirijan a Jerusalén y por eso deciden negarles hospedaje. Juan y Santiago, molestos por la actitud poco acogedora en aquel pueblo, reaccionan con violencia, invocando poderes superiores para que acaben con quienes se negaron a acogerles.

Consultan a Jesús sobre sus intenciones, pero él les reprende, enseñándoles que la violencia, que tiende a destruir a las personas que piensan o actúan de modo diferente, no forma parte de su Buena Noticia. Somos dados a buscar privilegios ante las dificultades. A nosotros nos corresponde, como comunidad creyente, seguir decididamente a Jesús, en actitud abierta, comprensiva y dialogante con quienes piensan diferente, forman parte de culturas diferentes y hasta carentes de hospitalidad. Como Iglesia no siempre hemos tenido en cuenta esta enseñanza de Jesús. En nuestra historia eclesial tenemos episodios vergonzantes, pero seguimos en camino y contamos con la compañía de Jesús, con su amor misericordioso. Avancemos con el corazón y la mente puestos en Jesús y su práctica, así viviremos en fidelidad evangélica. 

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