EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 1 de agosto de 2016

TRÁIGANMELOS

“El Evangelio de Hoy”: Mt 14,13-21

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer." Jesús les replicó: "No hace falta que vayan, denles ustedes de comer." Ellos le replicaron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: "Tráiganmelos." Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Palabra del Señor.

Reflexión

Cuando una persona muere, sobre todo, como murió Juan Bautista, lo primero no debe ser ponerse locos, perder la cabeza y comenzar a opinar esto o lo otro. Creo que lo que Jesús vivió con la experiencia de la muerte de su amigo, puede ayudarnos a vivir los duelos, especialmente los duelos inesperados y violentos. Luego de recibir la noticia de que Juan había muerto, Jesús buscó la soledad. La oración, el silencio y la soledad son una buena compañía para los momentos de catarsis o de grandes decisiones. El evangelio deja claro que cuando compartimos, poniendo al servicio de los demás lo poco o mucho que tenemos, finalmente alcanza para todos, y sobra. Si los líderes de nuestro planeta entendieran a Jesús, no habría hambre ni exclusión sobre la tierra, porque las palabras "acumular y acaparar" serían eliminadas del diccionario social, para ser remplazadas por "solidaridad y redistribución equitativa", cooperación...

Con frecuencia sentimos que nuestra contribución a Jesús es muy pequeña, pero él puede multiplicar y usar lo que podamos darle, sea en talentos, tiempo o bienes materiales. Lo importante es compartir lo que eres y lo que tienes. Mucha gente está hoy necesitada del pan de la esperanza, del consuelo, de la compañía, de la escucha y de un largo etcétera. Jesús seguirá multiplicando soluciones a los problemas y carencias, pero también nos llama a aportar nuestra parte por poca que parezca. Si compartimos dará para todos y todas y sobrarás. 

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