EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 28 de noviembre de 2015

MANTÉNGANSE DE PIE

“El Evangelio de Hoy” Lc 21,34-36

Lectura del santo evangelio según san Lucas


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Tengan cuidado: no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se les eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estén siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y mantenerse en pie ante el Hijo del hombre." Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio nos habla del fin. ¿Fin de qué? Litúrgicamente hablando, es el fin del llamado «Tiempo Ordinario» y el Año Litúrgico. Pero se nos habla del fin de la historia limitada. La visión apocalíptica de la venida del Hijo del hombre, es el anuncio jubiloso de una nueva época en que Dios finalmente reina con y para toda su Creación. El Evangelio de san Lucas advierte sobre la necesidad de la vigilancia para no dejarse persuadir por los ambientes contrarios a los valores evangélicos anunciados y testimoniados por Jesús. “Vicio, embriaguez y preocupaciones de la vida” hacen referencia a las cosas cotidianas que embotan la mente y que distraen de las perspectivas del Reinado de Dios, valor supremo por excelencia. Ante los problemas que hacen larga la espera, podemos caer fácilmente en actitudes de desesperación y dejarnos llevar por ilusiones pasajeras.

 Mañana iniciaremos el nuevo Año Litúrgico con el primer domingo de Adviento. Un período para recordar y esperar activamente el cumplimiento de la promesa del Señor que volverá a reinar con amor y misericordia. La oración anima la vigilancia. Pero no se trata de exagerar las cosas o de acudir a fanatismos amenazantes y extremos para permanecer vigilantes. Una oración serena, pausada, discernida, saboreada, es suficiente para responder eficazmente a las exigencias de Jesús. Se trata de tener criterios evangélicos para estar pendientes de lo que pasa en nuestro entorno. Lo que Jesús nos comunica como mensaje es la necesidad de humanizar la vida y compartirla generosamente con los que nos rodean.

Somos invitados a descubrir en nuestra propia historia cotidiana, cómo esta Dios haciéndose presente y salvándonos, a eso es que llamamos conocer los signos de los tiempos. La espera cristiana consiste en buscar en la Palabra de Dios los criterios para entender nuestra historia y la acción de Dios en medio de ella. Es bueno aprovechar este tiempo que se aproxima, para dar una mirada panorámica a lo que sucede a nivel local, regional, nacional e internacional e interpretarlo a la luz de la Palabra de Dios para asumir posturas coherentes con el evangelio que profesamos. También es el tiempo oportuno para incentivar la vida de oración personal, familiar y comunitaria. No nos dejemos llevar por las pasiones, vivamos con pasión nuestra marcha tras la realización y salvación. No estamos solos ni avanzamos hacia el caos sino que Dios camina con nosotros y construimos su Reino. Ven Señor Jesús.

jueves, 26 de noviembre de 2015

"LEVÁNTENSE"

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 21, 20-28

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando vean a Jerusalén sitiada por ejércitos, sepan que está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.
Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levántense, alcen la cabeza; se acerca su liberación". Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús prevé la destrucción de Jerusalén como una tragedia para sus habitantes, pero como una oportunidad para sus seguidores. A diferencia de otros grupos religiosos, que estaban atados al territorio, a las ciudades, a las edificaciones y a las instituciones, el cristianismo es capaz de recrearse en cada lugar y cultura. No depende de una raza o de unos edificios, sino que viaja como palabra de vida en el corazón de los creyentes. Mientras las potencias mundanas se turnan para imponer sus políticas o estilos de vida, el cristianismo busca que quienes lo acogen sepan traducirlo en gestos cotidianos y no sólo en documentos, consignas o programas.

Mientras que los tiempos de crisis significan el final de una época, de una cultura, de una nación, por el contrario la crisis es el elemento en el que el cristianismo se fortalece, a partir de una oferta de crecimiento personal, grupal y social. Jesús llama a sus seguidores para que levanten la cabeza y se sientan libres y liberados ante la inminencia del final del territorio de Judá. El cambio no es el fin, sino el comienzo de un nuevo camino. – ¿Cómo podemos responder a las voces que anuncian el final del cristianismo? 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

TENDRÁN OCASIÓN DE DAR TESTIMONIO

“El Evangelio de Hoy”: Lc 21, 12-19

Lectura del santo evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Les echarán mano, los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y a la cárcel, y les harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendrán ocasión de dar testimonio. Hagan propósito de no preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario de ustedes. Y hasta sus padres, y parientes, y hermanos, y amigos los traicionarán, y matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá; con su perseverancia salvarán sus almas." Palabra del Señor.


REFLEXIÓN


Hoy ce celebra una jornada internacional de lucha contra la violencia hacia la mujer. Da hasta vergüenza que en pleno siglo XXI se maltrate tanto a las mujeres de parte de sus propias parejas o ex. Aprovechemos esta jornada para tomar conciencia de este mal y comprometámonos a vivir la igualdad integral en las relaciones hombre-mujer.


Jesús nos da algunos consejos para vivir los tiempos difíciles desde la fe: Lo primero es asumir la vida siguiéndolo a él sin olvidar sus enseñanzas, vivir nuestra fe.  Que nuestras acciones y actitudes sirvan de testimonio de fe en medio de las calamidades y tragedias que nos lleguen.  Los tiempos difíciles no han de ser tiempos de lamentos, desaliento, resignación o de huida. Jesús nos recuerda que “tendrán ocasión de dar testimonio”. Y para dar testimonio nos fijamos en los demás y tratamos de ser soporte de quienes, a nuestro lado, sufren aún más que nosotros, vivimos la solidaridad y así crecemos en comunión. La mejor manera de resistir a las dificultades es viviendo coherentemente nuestra fe y metiendo nuestra confianza en el Señor. No olvidemos que nuestro final no es la muerte sino la Pascua, la vida plena. Perseveremos en el amor.

martes, 24 de noviembre de 2015

TODO LO FALSO SERA DESTRUIDO

“El Evangelio de Hoy”: Lc 21, 5-11

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contemplan, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido." Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?" Él contestó: "Cuidado con que nadie les engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca", no vayan tras ellos. Cuando oigan noticias de guerras y de revoluciones, no tengan pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida." Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Palabra del Señor.

Reflexión

El templo de Jerusalén era una gran construcción que había sido levantado en 80 años de trabajo, de sacrificio y de recursos pagados por un pueblo pobre; no había templos de religiones conocidas en la época que le superara. Su belleza y amplitud llevaba a exclamaciones y ponderaciones como nos dice El Evangelio de Hoy. Jesús interpela a sus auditores y les hace pensar un momento en todo eso, se sitúa críticamente invitando a evaluar su utilidad y durabilidad. Las personas que se había sacrificado para esta construcción, eran felices ¿qué aporta el templo a los ciudadanos que lo utilizan para sus prácticas religiosas? ¿Cuál es la situación económica de la gente en general? ¿Produce paz, produce fraternidad e igualdad?...


Toda práctica colectiva debe rendir colectivamente resultados integrales. La crítica de Jesús pone en evidencia cómo la voluntad humana de poder se encubre con espléndidos edificios religiosos y con teologías no menos sofisticadas.  En la actualidad tenemos una situación semejante; sólo que ahora no se cometen esas injusticias a nombre de la religión, sino del ‘progreso’, la tecnología, la eficacia o el crecimiento económico. Muchas guerras, catástrofes e injusticias se evitarían si, de una vez para siempre, los seres humanos aprendieran el significado de los límites que la misma existencia impone. Las construcciones no pueden sobrepasar las posibilidades reales de los pueblos.

lunes, 23 de noviembre de 2015

DARSE SIN MIEDO COMO JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 21, 1-4 Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: "Sepan que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra; pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir".Palabra del Señor. Reflexión En el Evangelio de Hoy escuchamos a Jesús decir: "Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie”. Sin embargo, lo que había ofrendado eran dos reales, mientras que los otros posiblemente habían donado cientos o miles. ¿Por qué la viuda ha echado más? Porque era todo lo que tenía, porque esos dos pesos eran su riqueza, su seguridad y se había despojado de todo para donarlo. Arriesgarlo todo significa darse, ofrecerse, despojarse. Eso fue lo que hiso Jesús, no ofrecer cosa externas sino ofrecerse él y nos dijo, “hagan esto en conmemoración mía”. Cada día nos encontramos con situaciones que exigen de nosotros esfuerzos grandes para comprenderlas o para remediarlas. Posiblemente digamos que no tenemos o que no contamos con los recursos o las fuerzas o las herramientas necesarias para actuar. No olvidemos que Jesús valora, no las cantidades sino la calidad. Lo importante no es dar el diezmo, lo importante y esencial es vivir la generosidad, compartir lo que somos y tenemos de manera confiada y alegre. Esta es la vía de la salvación y la realización humana. El donativo de la viuda pobre es mayor, porque ella da con mayor generosidad al entregar hasta lo único que tiene para vivir. Preguntémonos hoy por la calidad de nuestra práctica de fe. Y no olvidemos que no se trata de cumplir con Dios sino de vivir los valores que Jesús nos ha enseñado y dejado en herencia espiritual.

viernes, 20 de noviembre de 2015

MI CASA ES CASA DE ORACIÓN

“El Evangelio de Hoy”: Lc 19, 45-48

Lectura del santo evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero ustedes la han convertido en una "cueva de bandidos"." Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


Hoy leemos uno de los textos más polémicos de  los evangelios pues ha sido utilizado muchas veces para justificar la violencia contra los demás. Jesús confronta a las autoridades del templo por todo el engranaje de mercadería que se manejaba dentro del mismo, hasta el punto de convertir la casa de Dios en una cueva de asaltantes. Le indigna que no se proteja al pobre sino que se le engañe obligándolo a  consumir las mercaderías del templo como algo querido por Dios. Este pequeño texto nos pone en guardia contra todo lo que puede desviar la atención en nuestras prácticas religiosas, de lo contrario podemos entrar fácilmente en las peores corrientes sociales, acentuando lo económico y creando cargas para los creyentes.

jueves, 19 de noviembre de 2015

RECONOCER Y SEGUIR A JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 19,41-44 Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: "¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida." Palabra del Señor. REFLEXIÓN El Evangelio de Hoy nos presenta a Jesús llorando al contemplar la ciudad de Jerusalén desde lejos. Esta imagen contrasta con la de sus discípulos que se admiraban al mirar el esplendor del templo y los dones que la gente hacía. El sentimiento y las lágrimas les vienen a Jesús al observar  la cerrazón de aquel pueblo al que Dios le había revelado su amor y su ternura junto a un plan de desarrollo humano duradero. En vez de escuchar a Dios y a sus enviados prefieren acogerse a sus propias gestiones desprovistas de igualdad o de justicia y basada en unas relaciones desiguales y empobrecedoras de las mayorías. Lo que conmueve a Jesús y le hace llorar es la indiferencia, la miopía, la corrupción, la prepotencia y la violencia de los dirigentes de su pueblo. Y creo que podemos hacer un paralelo con los dirigentes de nuestras sociedades. Observamos un deterioro creciente de la justicia, de la fraternidad, de las instituciones con vocación de servicio. Sabemos que la corrupción arropa nuestros pueblos. Pero sin embargo, seguimos con más de lo mismo… discursos, promesas, argumentos, acusaciones y contraacusaciones… Planes sobre planes… Y la inseguridad, la violencia, niveles vergonzantes de desigualdad aumentan sin que avistemos variaciones positivas en el marco institucional. Es la misma realidad que hace llorar a Jesús la que vivimos dos mil años después. No seamos insensibles frente al sufrimiento de las mayorías de los pueblos. Si hay que llorar lloremos, pero no dejemos de hacer planteamientos, sugerencias, enseñanzas. Es el momento de volvernos creativos a favor del bien y de las soluciones a nuestros problemas comunitarios. Dejémonos inspirar por Jesús.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA NECESIDAD DE LA EFICIENCIA CRISTIANA

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 19, 11-28.

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén y se pensaban que el Reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negocien mientras vuelvo".
Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras de él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey". Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez". Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades". El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco". A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades". El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras". Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses".
Entonces dijo a los presentes: "Quítenle a éste la onza y dénsela al que tiene diez". Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas". Les digo: "Al que tiene se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, tráiganlo acá y degüéllenlo  en mi presencia"". Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.  Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús continúa hablando desde Jericó, ciudad de paso hacia Jerusalén. No nos olvidamos que ya en Jericó Jesús ha transformado la vida del ciego, le ha acompañado en su paso hacia la claridad, la libertad y la visibilidad. También, vimos ayer la transformación de Zaqueo, quien pasa de amante solamente del dinero, de insignificante y marginado pecador público, a solidario y desvolvedor convertido a la fraternidad. El Evangelio de Hoy anuncia otra transformación: la eficacia de los administradores que, en la parábola, trabajan en la ausencia de su rey.

Con esta parábola el evangelista Lucas nos prepara para comprender la subida de Jesús a Jerusalén y su confrontación con los administradores inútiles que convirtieron al Israel de esa época en un pueblo miserable e inconscientemente opuesto a la voluntad de Dios. Las manos que tenían los recursos para obrar el bien y preparar el retorno del rey, se volvieron inútiles e incluso se preparan para deponerlo. En la vida cristiana ocurre algo semejante. Dios nos da todas las capacidades y los recursos para que nuestras manos continúen su obra creadora; sin embargo, podemos caer en la tentación de olvidarnos de su voluntad e incluso de crear realidades contrarias a su venida.

Ahora que en nuestro medio vivimos crisis profundas de credibilidad debido a la ineficacia de los administradores de nuestros pueblos, quienes en vez de fomentar la igualdad, la justicia,  las oportunidades y el bien común; en vez de preparar un futuro prometedor para las generaciones venideras, se han dedicado a enriquecerse ellos, creando déficits tras déficits.  De nada nos serviría, tampoco, quedarnos instalados en críticas opositoras y oportunistas y estériles. Somos invitados a la creatividad, a la coherencia y la vigilancia capaz de producir las actitudes que hacen presente el Reino de Dios. Pensemos en grande mirando al futuro y actuemos en lo concreto de nuestros espacios y nuestro tiempo viviendo con los pies sobre la tierra. Que nuestra manera de vivir constituya una protesta radical contra todo lo que denigra la vida, la justicia y la fraternidad.

martes, 17 de noviembre de 2015

BAJA EN SEGUIDA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 19, 1-10

Lectura del santo evangelio según san Lucas: 

En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió en una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".
El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador". Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido". Palabra del Señor.

Reflexión

La decisión de Zaqueo es clara y concreta. Experimenta una transformación radical. "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más". Se siente delicadamente tenido en cuenta por Jesús quien se acerca a él sin prejuicios, no lo juzga ni lo condena. Es a ese tipo de encuentro personal, a este tipo de experiencia que tenemos que llegar nosotros para poder operar una real conversión, transformación que nos llene de la fuerza necesaria para poder decidir acogernos al amor de a Dios y a su misericordia como lo más importante y preciado.

En Jericó Jesús realiza varios signos que dejan ver la presencia de Dios en medio de su pueblo, aliviando sus sufrimientos y anunciando su Reino de amor, de justicia y fraternidad. El mayor milagro que hizo Jesús en su paso por Jericó fue ayudar a Zaqueo a que creciera en solidaridad, amor y justicia. Como cobrador de impuestos, él tenía acceso a una enorme cantidad de recursos, pero sin embargo era despreciado. Zaqueo consigue crecer con el llamado de Jesús y no encaramándose en los árboles. Quienes vivimos encaramados en nuestras opciones individuales sin tener en cuenta nuestra realidad con sus necesidades y urgencias, somos incapaces de sensibilizarnos frente al sufrimiento ajeno. Por eso Jesús llama a Zaqueo y nos llama a nosotros a “bajar para el encuentro con Dios”.

El evangelio de Hoy  nos invita a que, como Zaqueo, crezcamos ayudados por las enseñanzas de Jesús y que no nos trepemos en nuestros logros, en nuestros títulos o en nuestras seguridades económicas con el pretexto de buscarlo a Él. La grandeza de Zaqueo no está en su estatura, sino en la capacidad de transformar su corazón para cambiar el mal que había hecho y restituir la injusticia en la que vivía tan cómodamente. El corazón de Zaqueo se abre para dejar entrar la acogida y cercanía de Jesús. Hoy tenemos una nueva oportunidad de crecer en nuestra adhesión y seguimiento  de Jesús.

lunes, 16 de noviembre de 2015

VER DE NUEVO

“El Evangelio de Hoy”: Lc 18, 35-43

Lectura del santo evangelio según san Lucas: 

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello, y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno". Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!"
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" El dijo: "Señor, que vea otra vez". Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado". En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor.

Reflexión

El Testo evangélico de la sanación del ciego de Jericó es una gran invitación a ver de nuevo. Preguntémonos ¿Cómo hemos visto hasta ahora? ¿Cuáles son nuestras maneras de ver las diferentes realidades a nuestro alrededor? Ver de nuevo significaría, estar abiertos a lo que Dios nos pide hoy en medio de nuestras situaciones. Es el ejercicio profético que nos aportan los escritos de la Biblia que llamamos proféticos. Estar atentos y atentas para discernir qué nos dice Dios en la coyuntura actual, para ponernos a su servicio comunicando a los  otros el mensaje de Dios. Descubrir la voluntad de Dios para vivirla.

Al igual que el ciego de Jericó, muchos vemos de manera equivocada a Jesús. El ciego veía a Jesús como ‘hijo del rey David’ y restaurador de la monarquía. Él. Ver otra vez significa ver de manera nueva, cambiar, dignificarse.

Pongamos mucha atención pues en nuestro tiempo asistimos a una situación semejante. Muchas personas  buscan a Jesús porque lo ven como una fuente de milagros o, incluso, de poder. Otras lo siguen impresionadas por los títulos con los que se exalta su figura. El evangelio nos invita a pedirle a Jesús que sea Él quien abra nuestros ojos para que seamos nosotros mismos quienes lo descubramos en los rostros de las personas que lo sirven en los más pobres y que sufren al defender a las víctimas y al exigir justicia, como Él lo hizo hace dos milenios. Dejemos que Jesús abra nuestros ojos. No tengamos miedo a ver lo que antes no alcanzábamos a ver. Admitamos nuestras cegueras y pidámosle a Jesús que tenga compasión de nosotros y nuestras gentes.

sábado, 14 de noviembre de 2015

ORAR SIN DESANIMARSE Y TRABAJAR

“El Evangelio de Hoy”: Lc 18, 1-8

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: "Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario"; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara"". El Señor añadió: "Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra? Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El Evangelio de Hoy nos hace una invitación a ser personas de oración. Una vida de oración desde la realidad que vivimos tratando de mantener la serenidad y la esperanza, aunque atravesemos por momentos difíciles. Dios nos escucha y está atento a nuestra necesidad y a nuestro grito. Pero la oración necesita la fe. Dios no responde automáticamente a lo que le pedimos. Debemos mantener la fe en que él se ocupa de nosotros con amor y ternura. No desesperarnos. Orar y vivir nuestra fe en la cotidianidad de nuestra existencia nos mantendrá en contacto con Dios, con los pies en la tierra.

De manera que continuemos hacia adelante como una familia que trabaja por hacer de sus metas y objetivos, una conquista y una realidad aprovechada. La oración vivencial brota de una fe madura y comprometida. Con nuestros conflictos, dolores, angustias, alegrías, esperanzas, amor... Ya sabemos que existen grupos contrarios a la vida, personas, hasta organizadas, que apuestan al terrorismo, a la muerte como camino solución a los problemas. No nos dejemos distraer por los episodios de muertes. Confiémonos a Dios y crezcamos juntos en confianza comunitaria, trabajando por la justicia que posibilita la paz y la vida. Dios camina a nuestro lado.
Hoy más que nunca necesitamos actuar con sabiduría. No podemos dejarnos llevar por las pasiones y los enfados incontrolados. Exigir justicia una y otra vez como la viuda del evangelio, no cansarnos de decir la verdad y buscar la justicia a través de medios adecuados. Dios nos sostenga en nuestras búsquedas y La Virgen nos inspire. 

viernes, 13 de noviembre de 2015

DIOS RENUEVA SU ALIANZA CON NOSOTROS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 17, 26-37

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acuérdense de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. Les digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán, estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejaran; estarán dos en el campo: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán".
Ellos le preguntaron: "¿Dónde, Señor?" El contestó: "Donde está el cadáver se reunirán los buitres". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús conoce las escrituras y por eso las cita. El sabe que sus oyentes están pendientes del contenido de la palabra de Dios. Jesús analiza la realidad presente a partir del ejemplo contenido en textos y acontecimientos del pasado. Los relatos del diluvio y de Sodoma le sirven a Jesús para comparar los signos que acompañan la llegada del mesías. La palabra de Dios, anunciada y vivida con radicalidad, ha sido siempre signo de contradicción y objeto de persecución. La imagen del Hijo del Hombre es el referente ideal de un mesías que, en medio de conflictos y contradicción, propone un nuevo modelo de vida y sociedad, más humana, más justa y más fraterna. Pero para los poderosos se convierte en un proyecto que, como una lluvia, en tiempo de Noé o el fuego, en tiempo de Lot, amenaza con destruir sus mezquinos y egoístas intereses. Somos invitados como creyentes a vivir la esperanza responsable y comprometida. A no distraer nuestra marcha hacia la realización humana, siguiendo los pasos de Jesús. No hay nada que temer, Jesús nos acompaña y anima. Adelante.

jueves, 12 de noviembre de 2015

DENTRO DE NOSOTROS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 17, 20-25

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el Reino de Dios, Jesús les contestó: "El Reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque miren, el Reino de Dios está dentro de ustedes".
Dijo a sus discípulos: "Llegará un tiempo en que desearán vivir un día con el Hijo del hombre, y ni podrán. Si les dicen que está aquí o está allí, no se vayan detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación".  Palabra del Señor.

Reflexión


Jesús nos advierte sobre la posibilidad de distraernos con preguntas y movimientos mal orientados. No se trata de fechas ni de lugares, se trata de nosotros y de nuestras actitudes frente a Jesús mismo y su anuncio.  El Evangelio de Hoy lo dice claro: "El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque miren, el reino de Dios está dentro de ustedes."  Jesús sabe lo alarmistas que podemos llegar a ser si comenzamos a hablar de fechas. Por eso intenta ayudarnos a centrar El Reino en nuestras vidas. Es importante vivir ahora y todos los días los valores del Reino de Dios. Es importante aprovechar cada día de nuestra vida para reconocer el amor que Dios nos tiene y creer en este amor practicándolo con los demás. De manera que estamos invitados por el evangelio a vivir la fraternidad, la justicia, la solidaridad como presencia, en pequeño del Reino de Dios anunciado y vivido por Jesús. 

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los otros 9, ¿DONDE ESTÁN?


“El Evangelio de Hoy”: Lc 17, 11-19

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". Al verlos, les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado".  Palabra del Señor.

Reflexión

En el Evangelio de Hoy Jesús vive un gesto sublime al encontrarse con leprosos, que, por su enfermedad y fealdad, eran mortalmente despreciados. Incluso sus propios discípulos están ausentes de la escena. La sanación que Jesús obra sobre el grupo les restaura la salud y el Templo certifica el resultado por medio de una ofrenda. El samaritano, tratado como extranjero por sus propios correligionarios, es el único que reconoce que la salud no se identifica con la salvación y que la única deuda que tiene es la de la gratitud. Con esta actitud reconoce que no sólo ha sanado su cuerpo, sino que ha restaurado su espíritu, es decir, ha entrado el nuevo orden que es la salvación.

San Lucas, tan sensible a los pobres, también lo es a los samaritanos. Solo el samaritano, a quien se le considera inferior y medio pagano vuelve donde Jesús para agradecerle y reconocer el favor de Dios. El único que abre su corazón al Señor, expresando así en qué consiste la verdadera pureza. Los limpios de corazón son coherentes y actúan con sencillez, de acuerdo al amor gratuito que recibe. Quien se acuerda de Jesús en este texto, quien lo tiene presente, es un samaritano. Un hombre agradecido, doblemente marginado por su condición de leproso y de extranjero. El samaritano y nosotros también, debe levantarse y andar, él supo reconocer el amor de Dios, ahora está dispuesto a mostrar su testimonio.

La misión de Jesús es la de mostrarnos el amor de Dios. Jesús muestra este amor a través de gestos concretos, respondiendo a las necesidades de las personas. Nuestro Dios no estará tranquilo hasta no ver a su pueblo sano, contento y lleno de fuerza para forjar su historia. Pero no siempre somos capaces de ver los signos de la presencia de Dios en nuestro mundo. Nos entretenemos en múltiples asuntos pasajeros y no somos capaces de ver el paso de Dios por nuestras vidas ni de reconocer su servicio amoroso a nuestro favor. ¿Por qué no alcanzamos a disfrutar de la obra salvadora de Dios. Por qué Jesús no ejerce ninguna influencia determinante en nuestra vida. 

martes, 10 de noviembre de 2015

LO QUE TENEMOS QUE HACER

“El Evangelio de Hoy”: Lc 17, 7-10

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo el Señor: "Supongan que un criado de ustedes trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de ustedes le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le dirán "Prepárame la cena, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tienen  que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo ustedes: Cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer." Palabra del Señor.

Reflexión

¿Qué hemos sido y qué hemos hecho hasta hoy? ¿Sentimos que era eso lo que Dios nos ha pedido? La acción de Dios hacia nosotros es Don gratuito de su parte. No nos pide nada a cambio y así debe ser nuestro accionar a favor de los demás. Dios nos llama a vivir una misión durante nuestra vida. La vivencia de esa misión nos hará felices, nos dará las energías suficientes para sentirnos comprometidos con nosotros mismos y con nuestra sociedad. La religión con frecuencia convierte la recompensa en una sutil y poderosa tentación.

La búsqueda de compensaciones esconde un peligro: el sentirse motivado sólo por estímulos externos y no valorar la motivación interior propia, como motor de la acción. Otro peligro es considerar más valiosa la gratificación que la acción. No podemos continuar creyendo que nuestra salvación dependa de nuestras acciones. Dios ya nos ha salvado en Jesús, su vida, su muerte y su resurrección. Lo nuestro tiene que ser experimentar esta verdad reconociendo el amor que Dios nos tiene. A partir de ahí, estaremos en la capacidad de confiar en el Señor y vivir para hacer su voluntad, sirviendo a nuestros hermanos.

 El evangelio de hoy nos  enseña  que desde la lógica cristiana la acción del servicio es valiosa en sí misma y el valor agregado de esa acción es la gratuidad. Nada hay más valioso que lo que no tiene precio y nada es más gratificante que lo que se hace sin esperar recompensa. El servicio diligente y desinteresado es la misión de la comunidad cristiana. Las áreas de servicios a nuestras comunidades las elegimos nosotros a partir de los carismas, las aptitudes recibidas de Dios. El Señor confirma nuestra vocación con su presencia silente y misericordiosa.  

lunes, 9 de noviembre de 2015

SOMOS TEMPLOS DE DIOS

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 2,13-22

Lectura del santo evangelio según san Juan

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del templo; junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio». Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: «El celo por tu casa me consumirá». Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?» Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar». Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado. Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN

La Iglesia celebra hoy la “Dedicación de la Basílica de Letrán”. La Basílica de Letrán fue construida por orden del emperador Constantino hacia el año 324. Se la llama "de Letrán" por el lugar donde se encuentra dentro de Roma. Su nombre completo es Basílica de san Juan de Letrán, porque el baptisterio está dedicado a los santos Juan Bautista y Juan Evangelista. Fue la sede oficial del Papa- desde el siglo IV hasta el siglo XIV. Todavía hoy sigue siendo la catedral de Roma, sede del obispo en quien el Papa delega la atención pastoral de la diócesis de Roma. Esta fiesta comenzó a celebrarse en el siglo XII. 


Sabemos que las religiones han tenido y tienen un lugar destinado al culto: llámense iglesia, templo, sinagoga, mezquita... Este lugar concreto del culto comunitario a Dios -ya sea una espléndida basílica o una simple capilla- es el lugar de reunión, de encuentro y de celebración que nosotros construimos para la liturgia.  En nuestras iglesias celebramos la acción de gracia a Dios que nos da la vida y nos  acompaña. Es el lugar dispuesto y consagrado para el culto. Aquí nos encontrarnos con los hermanos y hermanas con quienes celebramos comunitariamente, escuchamos la Palabra de Dios y vivimos la comunión eucarística. 


El Evangelio de Hoy nos ayudan a bien encuadrar el sentido de celebrar la dedicación de una iglesia: Somos llamados a ser casa, morada, lugar donde habita Dios. El "'lugar" del culto es importante, pero no es lo único. La primacía la tiene el espíritu, la fe, el corazón. El culto que profesamos a Dios, aquí en el templo, hay que trasladarlo a la vida. El culto verdadero -en espíritu y verdad- tiene dos direcciones: Una vertical que va de Dios al hombre y del hombre a Dios, y otra horizontal, que va del creyente y de la comunidad a las demás personas, a la vida, en solidaridad fraterna con los demás. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

SERVIR A DIOS

 “EL Evangelio de Hoy”: Lc 16, 9-15

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: "Gánense  amigos con el dinero injusto, para que, cuando les falte, los reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fueron de fiar en el injusto dinero, ¿quién les confiará lo que vale de veras? Si no fueron de fiar en lo ajeno, ¿lo suyo, quién se lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No poden servir a Dios y al dinero."
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: "Ustedes presumen de observantes delante de la gente, pero Dios les conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta." Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

Hace unas semanas lo habíamos reflexionado: no es posible servir al mismo tiempo a dos señores, concretamente a Dios y al dinero. El dinero no es malo en sí mismo, se hace nocivo dependiendo de la forma cómo se use y de la relación que se establezca con él. Es dañino para quienes creen que el dinero es la única forma de encontrar la felicidad y lo convierten en el dios que rige la vida y los destinos de las personas y de la humanidad. La idolatría moderna está en hacer de los bienes, nuestro dios.

El dinero injusto o sucio que nosotros conocemos es aquel proveniente del engaño, de los negocios ilícitos, de la corrupción, del robo, de los atracos y asesinatos, y de la desigualdad vergonzante que se vive en nuestros países. La expresión “dinero sucio” tiene en nuestra época el significado de riqueza mal adquirida o de enriquecimiento ilícito. Sin embargo, el evangelio no habla de esto, sino del dinero como tal. En la época de Jesús la moneda se consideraba sucia porque había pasado por muchas manos y había entrado en contacto con muchas impurezas.

Frente a los que tienen como Dios al dinero sin importarle el método que utilicen para conseguirlo, la enseñanza de Jesús considera que el dinero es sucio no porque se contamine en la mano de los extranjeros o en el contacto con sustancias impuras, sino porque se utiliza para diferenciar a las personas por su abundancia o carencia. Frente al dinero sucio, Jesús opone la honestidad, que garantiza la justicia, porque el dinero es un fetiche o ídolo que representa los valores dominantes en una sociedad basada en el lucro injustificado, la codicia y el afán de dominio. Somos invitados a revalorizar a las personas en su contexto, a tener una actitud de libertad frente a los bienes, y a saber utilizar el dinero para cuidar la vida, no solo la nuestra, sino, especialmente la vida amenazada de los empobrecidos, de los enfermos y los sin familia.

viernes, 6 de noviembre de 2015

HACER EL BIEN CON ASTUCIA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 16, 1-8

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido".
El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa". Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Este respondió: "Cien barriles de aceite". Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta". Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" El contestó: "Cien fanegas de trigo". Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta". Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz". Palabra del Señor.

Reflexión

El creyente no actúa con malicia sino con amor, con respeto y justicia. La parábola del evangelio de hoy distingue entre la astucia para hacer el bien y la malicia. Los seguidores de Jesús de hoy tenemos que aprender a disfrutar haciendo el bien, dedicando nuestro tiempo a los otros, sirviendo  los demás. No dejar todo para después, Dios no nos pide hipotecar el presente.

Este evangelio nos plantea la ventaja de vivir libres, actuando de acuerdo a los principios en los que creemos. No nos dejemos seducir por el espejismo del consumismo y el mercado. Presentar el evangelio de Jesús de manera positiva y no como si fuera un dictador y una amenaza. Para esto,  el Evangelio de hoy nos pide actuar con imaginación creativa a favor del bien, ingeniárnosla para ayudar a disminuir los sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas.

¿Qué hacemos nosotros los seguidores de Jesús frente a las dificultades que se nos presentan?  Para Jesús la astucia debe convertirse en un valor propio de sus discípulos. Pero la astucia evangélica no se basa en la trampa, el engaño, la corrupción, la hipocresía o la humillación, sino que se fundamenta en la sencillez, la humildad, la inteligencia, la verdad y la convicción de que todo lo hacemos por la causa del Reino. Pongamos el acento en lo que  somos y compartamos con los demás. 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

OPTAR POR SEGUIR A JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 14, 25-33

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar". ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo ustedes: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío. Palabra del Señor.

Reflexión

En el Evangelio de hoy Jesús propone entender la renuncia a los bienes como donación solidaria. Algunas comunidades religiosas, como el grupo de los ‘esenios’ tenían la costumbre de exigir a sus miembros que entregaran sus bienes a la comunidad. Por el contrario, Jesús no pide esto, sino que advierte que lo primero es amarle a él sin apegos enfermizos hacia la familia o hacia el propio estilo de vida. Jesús no pide diezmos ni donaciones de cosas, pide la entrega amorosa y  personal.


Quien se siente identificado con Jesús y su anuncio aprende a amar sin límites. Ese amor por Jesús pasa por abrazar su causa. Sus exigencias hacen evidente que el seguimiento de Jesús comienza con una profunda evaluación de las propias convicciones, pero al mismo tiempo nos hacen caer en la cuenta que él exige una disponibilidad más allá de todo raciocinio conforme a los valores del mundo presente. Jesús promete estar siempre con nosotros y por eso, el alcance de nuestra vida va mucho más allá de lo que podemos imaginar con nuestros cálculos y proyecciones. Sigamos de corazón a Jesús y nada nos faltará.

martes, 3 de noviembre de 2015

LA INVITACIÓN DE DIOS

Martes 3 de noviembre del 2015.

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: "¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!"
Jesús le contestó: "Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: "Venid, que ya está preparado."
Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir."
El criado volvió a contárselo al amo.
Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: "Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos."
El criado dijo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio." Entonces el amo le dijo: "Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa." Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete." Palabra del Señor.

Reflexión.


Seguro que nosotros también tenemos nuestras  prioridades inmediatas en la vida. Tenemos nuestros hábitos y nuestras costumbres. ¿Qué lugar ocupa la fe en nuestras prioridades? El Evangelio de Hoy nos invita a no dejar la  invitación de Dios para cuando no tengamos nada más que hacer. El Reino de Dios es para nosotros. El Reino de Dios nos conviene más que cualquier otra cosa. Metamos en nuestra práctica cotidiana y en nuestras agendas diarias las tareas a realizar para nuestra participación en el Reino de Dios. Dios nos regala gratuitamente esta oportunidad pero tiene que ser conscientemente aceptada por nosotros y practicada sin demora. Nuestros hermanos y hermanas nos esperan para que les sirvamos y les brindemos nuestro cariño y ternura.