EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

SEGUIR A JESÚS

 “El Evangelio de Hoy”:  Lc 9, 57-62

Lectura del santo evangelio según san Lucas: 

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."
A otro le dijo: "Sígueme." Él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre." Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios."
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios." Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de Hoy nos recuerda el llamado que Jesús nos hace a todos los humanos a vivir la existencia de manera  consciente y decidida. El Evangelio de San Lucas se desarrolla en una especie de viaje desde Galilea hasta Jerusalén y desde Jerusalén hasta nuestros días y la eternidad. El seguimiento de Jesús en ‘el camino’ ocupa un lugar central en este evangelio. Esta experiencia es un nuevo éxodo, que lleva a los seguidores de Jesús a vivir su existencia de una manera totalmente nueva e imprevista, al estilo del Maestro. Es así como se tiene la experiencia de una vida acompañada y del Dios cercano que  Jesús nos revela.

 Todo debe partir de un encuentro personal con Cristo que nos lleve a seguirlo llenos de confianza en su Buena Noticia. Si antes de encontrarse con Jesús la mayoría sus seguidores colocaban en primer lugar la búsqueda de las normales seguridades de vivienda, posesiones o lazos afectivos, luego del llamado se encuentran ante un mundo nuevo que sigue otras reglas y procedimientos. El primero que se ofrece a seguir a Jesús recibe como respuesta un desafío: ¿eres capaz de vivir sin buscar las seguridades elementales, representadas en el mundo animal por las madrigueras y los nidos, y en el mundo humano por las casas? El segundo recibe un llamado, pero pone una condición; debe esperar a que su padre fallezca y así recibir una herencia; pero Jesús le recuerda que el evangelio no tiene espera. El tercero es aún más sorprendente, pues lo compara con un campesino que para arar sabe que siempre debe mirar el surco que está roturando; si mira para atrás, pierde de vista su objetivo y su duro trabajo. De manera que hay que mirar confiadamente hacia adelante y continuar.

Hoy es urgente para nosotros poder centrarnos en Jesús y en su propuesta de vida. Todas las experiencias que nuestra sociedad y nuestra Iglesia han ensayado lejos de la propuesta viva de Cristo han hundido en el dolor y el sufrimiento a millones de personas. Como cristianos tenemos la tarea de despojarnos de todos los obstáculos que nosotros mismos interponemos para seguir a Jesús. Dejémonos llenar del Espíritu de Dios para poder vivir nuestra misión de seguidores de Jesús en espíritu y verdad. Al despedir el *Mes de la Biblia* demos gracias a Dios por las actividades que pueden habernos ayudado a darle la importancia debida a la Palabra de Dios en nuestras vidas.

martes, 29 de septiembre de 2015

HAS DE VER COSAS MAYORES

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 1, 47-51

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y añadió: "Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."  Palabra del Señor.

Reflexión

Celebramos la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Cuando hablamos de Ángeles fácilmente vienen a nuestra cabeza preguntas en el orden de su existencia  y las figuras con las que se les representa en el mundo religioso. Debemos ir más allá  de lo meramente físico. La palabra ‘ángel’ significa ‘mensajero’ y establecen un contacto fluido y permanente entre el cielo, como ámbito de la presencia de Dios, y el mundo, como espacio específicamente humano. En la Biblia aparecen siempre en los momentos críticos de la historia del pueblo de Dios para animar a los líderes y para comunicarles la trascendencia de su misión.

No en todas las épocas de la historia de Salvación se hablado de ángeles. Merecen una mención especial precisamente su aparición al inicio de la vida de Jesús, para ayudar a María y a José a comprender la naturaleza y el alcance de la misión que Dios les encomienda. Luego, en el momento de la resurrección ayudan a las seguidoras, Magdalena y las otras mujeres, a comprender que la memoria de Jesús no está entre los monumentos fúnebres, sino que él marcha al frente de su comunidad hacia la misión, en el resto del mundo. Últimamente ha aparecido una corriente o movimiento que dentro de nuestra Iglesia o fuera de ella hablan mucho de ángeles y portan mensajes y visiones atípicas.

Hoy debemos preguntarnos qué personas, realidades o situaciones son portadoras de un mensaje de Dios para nosotros. No podemos esperar que “seres con alas” se nos aparezcan de improviso para indicarnos el camino de realización de la vocación cristiana. Debemos confiar en los seres de al lado, en todas las personas que comparten con nosotros esta búsqueda de la voluntad de Dios. El discernimiento de lo que Dios quiere parte desde la realidad de cada día y trasciende nuestra historia. Dios tiene un mensaje de salvación para ti y para mí. Ese mensaje de fraternidad y justicia podemos compartirlo para hacerle la vida más llevadera a quienes nos rodean. ¿Cuál el mensaje que tu vida transmite a los demás?

lunes, 28 de septiembre de 2015

LA AUTORIDAD LA DA EL SERVICIO

“El Evangelio de Hoy”: Lc 9, 46-50

Lectura del santo evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: "El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de ustedes es el más importante."
Juan tomó la palabra y dijo: "Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir." Jesús le respondió: "No se lo impidan; el que no está contra ustedes, está a su favor."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El evangelio de Hoy nos recuerda los conflictos entre los discípulos sobre la grandeza de cada uno y  los puestos de importancia. Jesús siempre les bajaba los sumos recordándole que entre hermanos y hermanas, el importante es el que sirve a los demás sin buscar grandezas. Eso es lo que podemos hacer en nombre de Jesús y siempre estará bien: Hacer el bien, liberar a los otros con nuestro servicio oportuno y efectivo. La autoridad no debe entenderse como dominación, sino como servicio. El hacerse como un niño supone renunciar a las seguridades que da el prestigio, para asumir la gratuidad del servicio y la alegría de vivir.

Nada que esté mal hecho, que maltrate la vida de alguien, que desanime, enferme, mate o disminuya la vida de la creación de Dios podrá justificarse bajo el nombre de Jesús. Lo que nos justificará ante la historia y ante Dios es nuestro aporte a la vida, nuestro servicio a la vida concreta de las personas con las que convivimos. Que hoy y siempre nos dejemos inspirar por Jesús y su práctica. No impidamos lo bueno, lo constructivo, lo que anima a las personas… todo lo contrario, descubramos la presencia de Dios salvando y acompañando a su pueblo a través de quienes viven sirviendo a los demás. ¿Qué puedes hacer tú hoy como muestra de que estamos con Jesús?

sábado, 26 de septiembre de 2015

MÉTANSE BIEN EN LA CABEZA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 9,43b-45

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Métanse bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres." Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

En uno de los momentos de mayor entusiasmo de las masas que siguen a Jesús, habiendo este vivido la transfiguración ante Pedro, Santiago y Juan y liberado a un endemoniado, Jesús les recuerda a sus discípulos la naturaleza de su misión. Todos le admiran pero ese no es el objetivo. De lo que se trata es que aprendan a vivir de cara a los demás, viendo sus limitaciones, sus sufrimientos y dolores y dejándose sensibilizar para vivir la compasión. Sabemos que ante una situación de sufrimientos y limitaciones la tentación es de poder salir de esa realidad sin importar los medios. Y que como creyentes, con frecuencia nos dejamos llevar por las ideas de éxito, fama y triunfo.


Nuestra sociedad está bombardeada por cientos de ideas y estímulos que nos animan a ser competitivos, a triunfar y a leer nuestra vida desde los criterios de triunfo o de fracaso. ¿Qué sucederá cuando llegue el fracaso? Jesús previene a sus discípulos para que su fe no vacile. Es lo que pasa con las personas sin nada que esperar, sin fe. Recordemos que la  misión, la obra, las palabras y toda la vida de Jesús nos  enseñan a vivir nuestra fe en nuestra historia, con la confianza puesta en Dios  y su promesa. Que nos  turben los momentos de desolación, confiemos y vivamos en la esperanza que Jesús nos ha mostrado.

viernes, 25 de septiembre de 2015

EL MESIANISMO DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 9, 18-22

Lectura del santo evangelio según san Lc:

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas". Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Pedro tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios". Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar el tercer día". Palabra del Señor.


Reflexión

Continuamos profundizando nuestra reflexión sobre la identidad de Jesús. Muchos lo ven como profeta en la línea de los grandes profetas que el pueblo ha conocido. Jesús y sus discípulos conocen la suerte de los profetas. En realidad Jesús va en la misma línea pero la supera. Jesús le dedica su atención a la confesión que Pedro hace en nombre de los doce: “Tu eres el Mesías de Dios”. La gente esperaba el cumplimiento de la promesa de Dios.

Jesús se esfuerza en explicarles a sus discípulos que él no es el Mesías triunfante, bien sea un guerrero invencible o un poderoso gobernante, sino el ungido misericordioso, capaz de acoger a los pecadores, sanar a los enfermos y orientar a la multitud. El mesianismo de Jesús no pasa por los palacios regios ni por el gran Templo; sí pasa por los campos, caminos y aldeas donde la esperanza de una justicia posible aún no se ha perdido. El pueblo pobre no sueña con paraísos imposibles, sino con una vida digna en la que las necesidades vitales estén al alcance del trabajo diario, y los recursos no estén sujetos a los caprichos de los gobernantes. Por eso, el final de este corto texto del Evangelio de Hoy es el aviso de su pasión, muerte y resurrección.

Hoy nos toca a nosotros buscar el sentido que tiene el mesianismo de Jesús para nuestra Iglesia y nuestro mundo. Sólo siguiendo a Jesús podremos alcanzar la realización humana y la salvación eterna. Su Evangelio nos revela al Dios cercano y amigo que desde su amor y misericordia hace todo por liberarnos. 

lunes, 21 de septiembre de 2015

SAN MATEO APÓSTOL

“El Evangelio de Hoy”: Mt 9, 9-13

Lectura del santo evangelio según san Mateo: 

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que su maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Anden, aprendan lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy celebramos la fiesta de San Mateo Apóstol. Una de las características más fascinante de Jesús es la de detenerse junto a las personas con las que se encuentra en su camino. Jesús se detiene e invita a Mateo a seguirlo. Nosotros los seres humanos tenemos la capacidad de interacción, somos sociables, nos llena de fortaleza el sabernos acompañados en la vida. La soledad nos reduce y minimiza nuestras capacidades humanas. El Evangelio de Hoy nos invita a detenernos frente a los otros e interpelarlos positivamente, a dar las oportunidades necesarias a los demás para que desarrollen todo su potencial en un proceso libre, respetuoso y responsable. 
   
Al detenerse ante una persona religiosamente insignificante y de alguna manera repugnante, Jesús se enfrenta con unos grupos fanáticos, como los fariseos, que promueven una religión para gente fuerte, para personas que pueden avasallar a los demás con sus creencias. Mateo no era parte de los pobres, pero sí de los excluidos. En su condición de cobrador de impuestos vivía amenazado por los grupos piadosos. Jesús promueve una espiritualidad incluyente donde todas estas personas que han sido debilitadas por la pobreza, la marginación social y la exclusión religiosa se sientan acogidas. Estas personas no son culpables de su condición, pero sí tienen la posibilidad de redimirse mediante la aceptación del mensaje transformador de Jesús.

A partir de su propia experiencia, el evangelista San Mateo nos recuerda tres enseñanzas importantes: la primera, Jesús ha venido a redimir a quienes están postrados; segunda, la clave de su enseñanza y de su acción es la misericordia o el amor de Dios; tercera, son los pecadores, y no los que se creen justos, quienes tienen la prioridad en la misión de Jesús. Hoy tenemos el mismo desafío. Nuestra tarea no es alejar o excluir, sino acoger e invitar a participar de esa mesa común que es la vida cristiana. Atendamos al llamado de Jesús como mateo y seamos capaces de llamar a otros y otras a seguir a Jesús acogiendo su Buena Noticia de que somos amados por Dios.

sábado, 19 de septiembre de 2015

SEMBRAR

“El Evangelio de Hoy”: Lc 8, 4-15

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: "Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto el ciento por uno". Dicho esto, exclamó: "El que tenga oídos para oír, que oiga". Entonces le preguntaron los discípulos: "¿Qué significa esa parábola?" Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
El sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida se van ahogando y no maduran. Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando". Palabra del Señor.


Reflexión

Las parábolas son fragmentos de la vida ordinaria, que nos ayudan a comprender la extraordinaria lógica de Dios. El evangelio de hoy nos ofrece un modelo de esa enseñanza de Jesús en la parábola del sembrador y, al mismo tiempo, nos conserva un testimonio de la comprensión de los primeros cristianos en la explicación que sigue a continuación.

La parábola nos explica en el lenguaje cotidiano la lógica de Dios al sembrar con generosidad, sin reparar demasiado en la calidad de los terrenos. La explicación nos hace entender cómo la eficacia de la Palabra de Dios reside en la calidad de las personas que la acogen. La generosidad divina se aúna a la respuesta humana; una y otra constituyen la condición de posibilidad de la obra salvífica de Dios.

La evangelización junta lo extraordinario de la acción de Dios con lo ordinario de nuestra condición humana, para que los frutos alimenten a las nuevas generaciones de seguidores de Jesús. Cada creyente debe despejar las aves del oportunismo y la ambición, la cizaña del consumismo y de la cultura de la superficialidad, para ofrecer un buen terreno a esa palabra que Jesús siembra a diario en nuestro corazón. 

viernes, 18 de septiembre de 2015

... LOS DOCE Y ALGUNAS MUJERES ...

“El Evangelio de hoy”: Lc 8, 1-3

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


San Lucas comienza el capítulo 8 de su Evangelio con esta síntesis mostrando a los seguidores y seguidoras de Jesús trabajando unidos por el Reino de Dios. Se mueven “de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades”. Es importante notar la presencia de las mujeres que siguen a Jesús, desde el principio de su misión y le ayudan con sus bienes, parece que eran mujeres importantes socialmente pues tenían bienes. La Magdalena, siempre aparece de primero lo que nos habla de la importancia de esta discípula y su cercanía con Jesús. El hecho es que las mujeres jugaron un papel muy importante en la predicación de Jesús y en la Iglesia que nace después de la resurrección. Las mujeres fueron colaboradoras de los apóstoles y líderes en sus propias comunidades.

Queda claro que en la propuesta del Reino, no hay espacio para la exclusión, pues juntos, hombres y mujeres tienen la misión de construir una sociedad nueva. Las mujeres han seguido a Jesús desde el principio y hoy, no podemos imaginarnos la existencia de nuestras comunidades sin su presencia significativa. Ahí están ellas, visibles, aportando sus vidas, trabajando, amando, sirviendo, acogiendo y agradeciendo todo lo que Jesús hace por la humanidad. Pidámosle a Jesús que nos ayude a vivir y trabajar como iguales en la construcción de su Reino.

jueves, 17 de septiembre de 2015

EL PERDÓN REGENERA LA VIDA

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 7, 36-50

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás, junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: "Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora". Jesús tomó la palabra y le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". El respondió: "Dímelo, maestro". Jesús le dijo: "Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?". Simón contestó: "Supongo que aquel a quien le perdonó más". Jesús le dijo: "Has juzgado rectamente".
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor, pero al que poco se le perdona, poco ama". Y a ella le dijo: "Tus pecados están perdonados". Los demás convidados empezaron a decir entre sí: "¿Quién es esté, que hasta perdona pecados?" Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN  

En el fondo de este texto sigue estando el amor. El de la mujer que se muestra muchísimo más atenta y detallista con Jesús, y sobre todo, el amor de Jesús que da la Buena Noticia del Perdón y de la salvación a esta pecadora que busca una nueva vida. El tema del perdón de los pecados fue uno de los elementos de conflicto frente a la concepción farisaica de la salvación. Según los fariseos, únicamente Dios es quien perdona los pecados. Como lo muestra el relato, Jesús perdona los pecados y tiene una idea diferente sobre el tema. Si nosotros somos tan escasos en perdonar es por nuestra mezquindad y tacañería hasta para esto. El argumento de Jesús se basa en el perdón de las deudas. El pecado es, de alguna forma, una deuda que se contrae. Perdonar los pecados se asimila a perdonar las deudas. A quien más se le perdona, más amará.

Si aplicamos este evangelio a nuestra sociedad violenta, rencorosa y vengativa, deberíamos reaccionar con mayor creatividad ante la eficacia del perdón, cuando lo otorgamos como expresión del amor fraterno. Así vivido, el perdón es capaz de generar nuevas conductas basadas en un amor que respeta la dignidad de las personas y construye auténtica justicia, paz y armonía. Somos invitados a pasar de los prejuicios que condenan y la justicia que castiga, al amor regenerador e inspirador de cambios profundos. Dios nos ayude a aprender de Jesús esta lógica de vida fraterna.

Queda claro que el perdón viene de Dios gratuitamente, de su amor misericordioso que toma la iniciativa de perdonar y así provoca el arrepentimiento humano, al sentirse acogido. El amor mostrado por esta mujer es señal de que acepta el perdón y está dispuesta a cambiar de vida como agradecimiento. Así como el pecado se explica como un rechazo de Dios y de su amor, la conversión se muestra con el agradecimiento y con el amor a Dios y al prójimo. El perdón de Dios no consiste en un borrón y cuenta nueva, sino en una invitación, una liberación y una capacitación para entrar en una nueva relación con Dios basada en el amor. Escuchemos y demos un puesto preferente a Jesús en nuestra vida.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

NO A LA INDIFERENCIA

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 7, 31-35

Lectura del santo evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, dijo el Señor: "¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos?
Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocamos la flauta y no bailan, cantamos lamentaciones y no lloran."
Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijeron que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Miren qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores."
Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón." Palabra del Señor

REFLEXIÓN

La indiferencia es un mal profundo que estanca y deja la historia correr a su propia suerte o en manos de las personas inescrupulosas que solo trabajan por su propio interés. En la sociedad y en la Iglesia han existido siempre grupos y personas que solo saben criticar a los que intentan responder a su vocación humana y cristiana, asumiendo compromisos comunitarios de servicio. A Jesús le pasó igual con su misión. Generó opiniones divididas entre sus contemporáneos a los que llama “esta generación”. Criticaron a Juan el Bautista porque no comía pan, ni bebía vino; y criticaron a Jesús por que comía y bebía con recaudadores y pecadores. En realidad, lo que les interesa a quienes critican a Jesús y al Bautista es mantener sus privilegios. Juan invitaba a la conversión por medio del bautismo, y Jesús convocaba a la conversión del Reino de Dios.


Existe una tendencia que acompaña a los hombres y mujeres de todos los tiempos y es la de refugiarse ya sea en el pasado glorioso o en el futuro incierto. Jesús nos enseña que Dios se revela en el aquí y el ahora de nuestra existencia. La historia no es un cristal transparente donde miramos el éxito o el fracaso de nuestras acciones, sino el escenario donde realizamos o no la voluntad de Dios.  Para realizar su voluntad o pasarla de lado, tenemos que decidirlo conscientemente  y dar los pasos de lugar. No es algo mágico ni al azar. El cristiano aprende a bailar la música que le toquen, pero siempre marcando su propio paso. Ni el pasado ni el futuro son mejores o peores que el presente, ahora es el momento de vivir lo que creemos, de compartir nuestra fe. Dejemos que la sabiduría de Jesús nos dé la razón.

martes, 15 de septiembre de 2015

... EL DISCÍPULO LA RECIBIÓ EN SU CASA ...

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 19, 25-27

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego, dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Palabra del Señor.

Reflexión

Los seguidores de Jesús recuerdan la figura de María de Nazaret recordando algunos de los grandes valores que la caracterizaron. Si ayer fue la fiesta de la exaltación de la cruz, hoy es la de la virgen de los dolores. Las dos van en la misma línea. Podemos evocar fácilmente el dolor de una madre que ve agonizar a su hijo clavado en una cruz. La manera como María reacciona frente a esta dolorosa tragedia humana de su hijo nos puede ayudar a nosotros a afrontar nuestras situaciones de sufrimiento de manera cristiana.  Ya sabemos que el dolor y el sufrimiento no salvan. Ni Jesús ni María amaban o buscaban el sufrimiento. Ellos vivieron la entrega por amor, y en ese ejercicio encontraron sufrimientos e ingratitudes. En este momento nos que María podía ver lejos la realización de la noticia del Ángel cuando le dijo, en la Anunciación, que su hijo sería grande.

 Las actuaciones y actitudes encarnadas por Jesús y que lo enfrentaban a las autoridades de su tiempo son: la inclusión de mujeres en el grupo de sus seguidores, el contacto permanente con leprosos y enfermos, la comida compartida con publicanos y pecadores. Y tal vez, lo más significativo fue el hecho de que Jesús constituyera una nueva manera de ser familia a partir de la escucha y la práctica de la palabra de Dios, lo que pudo causar mayor inquietud entre sus parientes. Todos estos acontecimientos rompen totalmente con las tradiciones judías vividas hasta el momento y constituyen la mayor originalidad de los cristianos y cristianas de ayer y de hoy, si se viven desde la óptica del amor fraterno.

Sin embargo, la madre guardaba sus inquietudes en el corazón y esperaba pacientemente el cumplimiento de las promesas de Dios. María supo mantener la proximidad y seguir al hijo hasta la cruz. Permanecer junto a la cruz, a pesar del dolor mortal que la embargaba, es claramente una forma de resistencia ante la violencia que ejercida contra su hijo amado. Lo que nos toca a nosotros hoy es amar a Jesús como María lo amó. No nos conformemos con “ir donde va la gente”. Dejemos que el Espíritu que fecundó a María nos acompañe,  nos sostenga y anime.

viernes, 11 de septiembre de 2015

¿ACASO PUEDE UN CIEGO GUIAR A OTRO CIEGO?

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 6, 39-42

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


En el evangelio de hoy, se narra la enseñanza de Jesús a sus discípulos. No pueden vivir ciegamente pues sino no podrán guiar a los demás en la fe. Jesús se ocupa de formar sus discípulos para que puedan vivir su misión evangelizadora. A lo que Jesús nos llama es a mirarnos bien al espejo de nuestra realidad para poder ser capaces de superar nuestras propias limitaciones, y luego, con mucha humildad, y delicada fraternidad, tratar de ayudar a los demás a tomar conciencia de los elementos que deben superar en el ejercicio de su vida, como seguidores de Jesús. Quien quiere convertirse en un verdadero seguidor de Jesús y ser como él, deberá aprender a corregirse a sí mismo en vez de pretender corregir a los demás. De lo contrario, será como el ciego que pretende guiar a otro ciego. La verdadera compasión y corrección fraterna parte de la humildad y no de la superioridad.

jueves, 10 de septiembre de 2015

AMEN A SUS ENEMIGOS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 6, 27-38

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "A los que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian, bendigan a los que les maldicen, oren por los que les injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieren que ellos les traten. Pues, si aman sólo a los que les aman, ¿qué mérito tienen? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacen bien sólo a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores lo hacen. Y si prestan sólo cuando esperan cobrar, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a otros pecadores con intención de cobrárselo. ¡No! Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada: tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desgraciados. Sean compasivos, como su Padre; no juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará; les verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que usen la usarán con ustedes. Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Jesús no fue enviado al mundo para embullarnos con cuentecitos tiernos, vino a anunciarnos la Buena Noticia de que Dios es amor, misericordia y compasión. Este anuncio es una gran invitación al cambio de vida y de principios. Por eso, ya no cabe la venganza, que era normal hasta la venida de Jesús al mundo. Jesús contradice con su vida y sus palabras el famoso “ojo por ojo, diente por diente”. Jesús reacciona ante este principio. No hay mérito en responder a los demás como ellos nos tratan. El cristiano debe ir más allá. Debe relacionarse con sus prójimos a ejemplo del Padre del cielo: de forma compasiva. Dios es un Padre compasivo que acoge a todos sus hijos e hijas. Así que el ofrecer la otra mejilla no es expresión de sumisión, sino de reconocimiento.

La radicalidad del amor exigido por el Evangelio surge del amor de Dios. Jesús le habla a la multitud que tiene delante llamándole a amar desinteresadamente como ama Dios. Jesús nos pide casi lo imposible, amar a nuestros enemigos. No hay que esperar a que los enemigos se conviertan para luego amarlos. El Evangelio no nos pide que no tengamos enemigos, sino que le amemos como son. Una manera concreta de amor por los enemigos es la oración sincera por ellos, pidiendo a Dios que le vaya bien y que cambien positivamente y vivan contentos; otra forma de amor por los enemigos es nunca hablar mal de ellos con nuestros amigos… Jesús quiere que vayamos más allá de la lógica humana y fácil para vivir la lógica del amor gratuito con que él nos ama. Esta es la forma de seguir a Jesús en todo tiempo.
Jesús nos enseña cómo vivir para siempre. Lo hace con su práctica de vida y con sus palabras. El evangelio de hoy nos propone lo que sería el núcleo de una ética comunitaria. La ética tiene como finalidad identificar los principios que orientan la vida común de un grupo humano y, al mismo tiempo, adecuar esos principios para cada momento y circunstancia particular. La moral que Jesús nos enseña y que los evangelios recogen no está construida de detalles en el vestir o en prácticas religiosas, sino de actitudes frente a la realidad y de relaciones humanas respetuosas fundadas en el amor mutuo y la compasión.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

PONDERACIONES Y LAMENTOS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 6, 20-26

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: "Dichosos los pobres, porque suyo es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tienen hambre, porque quedarán saciados. Dichosos los que ahora lloran, porque reirán. Dichosos ustedes, cuando los odien los hombres, y los excluyan, y los insulten, y proscriban su nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían sus padres con-los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos!, porque ya tienen su consuelo. ¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados!, porque tendrán hambre. ¡Ay de los que ahora ríen!, porque harán duelo y llorarán. ¡Ay si todo el mundo habla bien de ustedes! Eso es lo que hacían sus padres con los falsos profetas." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Las Bienaventuranzas son un programa de vida, una opción propuesta por Jesús como camino de realización que trasciende los límites de nuestra historia y eternizan. A las Bienaventuranzas se contraponen unas malaventuranzas. Unas y otras van de la mano. Jesús, al elegir a sus seguidores entre gente sencilla, ha destacado los valores de la vida campesina: la pobreza vivida en trabajo y honestidad, y la búsqueda incesante de un equilibrio social que permita remediar el hambre y el sufrimiento. Esta forma de vida es una bendición que se opone al peligro de la opulencia y el despilfarro, que amenaza la estabilidad social y que, en nuestro tiempo, tiene alcances planetarios, porque pone en peligro la supervivencia misma de la especie humana. La lógica de nuestro mundo es totalmente opuesta a la propuesta de Jesús y sabemos cuáles son los resultados: desigualdades, inseguridad global y deshumanización generalizada.

A pesar de los adelantos de nuestro mundo, la sociedad no ha aprendido la forma de combatir la vergüenza del hambre y la desigualdad. Pero la propuesta de Jesús, a pesar de su simplicidad, tiene unas implicaciones enormes, y pocas personas la comprenderán y menos aún estarán dispuestas a asumirlas. Al escuchar las Bienaventuranzas de boca de Jesús  quedamos admirados y admiradas de contenido, hasta soñamos con ese ideal, pero poco hacemos con miras a iniciar un proceso de conversión sincero y progresivo a esta propuesta.

¿Cómo hacer práctica la propuesta de Jesús? Nuestra tarea consiste en disponernos a caminar hacia la bendición o bienaventuranza y, al mismo tiempo, saber que como seguidores de Jesús vivimos el momento presente con una perspectiva de futuro y en constante tensión con quienes favorecen el consumismo, el despilfarro y la explotación. Siempre que intentemos vivir un valor trascendente, estaremos a la puerta de cientos de propuestas opuestas invitándonos a la comodidad y al facilismo. Que el Espíritu Santo nos ilumine.

martes, 8 de septiembre de 2015

NACIMIENTO DE LA VIRGEN MARÍA

 “El Evangelio de Hoy”. Mt 1, 18-23

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios con nosotros"." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La Iglesia celebra hoy la fiesta de la natividad de la Virgen María. El Evangelio de Hoy nos dice que Dios cumple sus promesas y lo hace de manera desconcertante. Viene a través de una joven judía que acepta en ella la obra del Espíritu Santo.  A pesar de su desconcierto, José comprende la acción de Dios. Vemos como Dios rompe los esquemas ordinarios para ayudarnos a descubrir lo nuevo y bueno. Nos damos cuenta que esta fiesta mariana está protagonizada por José, quien por su justicia y su obediencia al Espíritu, decide acompañar y apoyar a María en una maternidad que permite el cumplimiento de lo anunciado por los profetas. La profecía confirma que Dios, a través de Jesús, quiere ser un Dios que camina de la mano de su pueblo. Celebrando el nacimiento de María mostramos nuestro respeto y afecto por Nuestra Madre. Tanto José como María pertenecen al grupito selecto de los que todavía creen esperan en Dios… Hagamos nosotros lo  mismo: creamos y esperemos activamente la salvación de Dios. 

lunes, 7 de septiembre de 2015

¿HACER EL BIEN O HACER EL MAL?

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 6, 6-11

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate y ponte ahí en medio." Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: "Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo." Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús. Palabra del Señor.

Reflexión

No puede haber una ley, disposición, norma, tradición o costumbre, aceptable, que no esté a favor de la gente. Por eso la respuesta a la pregunta de Jesús es obvia, hay que buscar salvar la vida de la persona. Esto implica mejorarla diariamente, buscar hacerla agradable y llevadera. Todo seguidor de Jesús puede estar solamente a favor de la vida y nunca en contra. Por ello nuestra Iglesia está en contra del aborto, en contra de la pena de muerte, en contra de las guerras y todo tipo de violencia generadora de sufrimientos, duelos y tristezas. Cualquier otra postura sería una contradicción, incluso entre los más conservadores y fanáticos. Por eso sus detractores guardan silencio y Jesús debe interpretar ese silencio a favor de la persona lisiada.

Cuando Jesús restablece la salud, la normalidad del brazo de este hombre está ayudándolo a ser persona, a poder ganar su sustento dignamente con su trabajo. Restaurar la capacidad de trabajar es un signo claramente mesiánico y profético que le da de nuevo a la persona el poder de participar de la vida común. Restaurar la autonomía de la persona no es un bien menor, sino que es darle de nuevo la posibilidad de que sea libre. Es decir, la sanación es un proceso de liberación que fundamenta la posibilidad de ser libres y de actuar en libertad. Jesús nos sana y nos libera.

Jesús se compadece de los necesitados que encuentra a su paso aunque eso le provoque problemas entre los que están ciegos, sordos y mudos frente a la realidad de sus hermanos. Pidamos al Señor que despierte en nosotros la capacidad de sensibilizarnos ante los problemas de los que nos rodean y de poder aportar salud y paz desde nuestras posibilidades personales y comunitarias.

viernes, 4 de septiembre de 2015

... ENTONCES AYUNARAN ...

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 5, 33-39

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijeron a Jesús los fariseos y los letrados: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber". Jesús les contestó: "¿Quieren que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán". Y añadió esta comparación: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo, porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: Está bueno el añejo". Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy, como cada primer viernes del mes, hacemos memoria del amor que Dios nos tiene y de cómo ese amor es capaz de salvar, de perdonar y liberar a la humanidad. Es en el amor, en la sinceridad de corazón y en la fraternidad que posibilita la justicia, donde Jesús centra el mensaje de su buena noticia. Dios nos ama tanto que es capaz de cualquier cosa por salvarnos. Y esta salvación la expresa Jesús a través de signos a favor de la vida de la gente: sanando de dolencias y enfermedades, liberando de ataduras dolorosas y reduccionistas, y alegrando con su presencia y acogida a todo el que entra en contacto con él en los caminos de Galilea hasta Jerusalén.

La cuestión del ayuno resulta extraña en nuestros días. Más allá de una tradición para tiempos de Cuaresma y Semana Santa, no existe mayor práctica del ayuno. Para la sociedad religiosa de los tiempos de Jesús el ayuno tenía carácter de ley. Era una manera de purificarse para acceder a Dios. Por el contrario, los discípulos de Jesús comían y bebían; y eso suponía contradecir los preceptos de pureza de su sociedad. La respuesta de Jesús fue siempre la misma: no es lo que entra por la boca lo que hace impuro a las personas, sino lo que se alberga en su corazón. Ésta es la novedad que establece Jesús, y esa novedad supone un cambio de hábitos, un cambio de comportamiento, supone odres nuevos.

Nos daremos cuenta de que estamos viviendo la novedad del Evangelio de Jesús cuando importanticemos a nuestros hermanos y hermanas, cuando busquemos de manera activa, promover el bien y combatir el consumismo alienante que no nos permite vivir los valores vividos y propuestos por Jesús. Ánimo! Jesús es el Novio, él está con nosotros y no nos pide ayunos, nos invita a compartir nuestro pan. Este primer viernes del mes de septiembre no olvidemos el amor que Dios nos tiene y sigamos reconociéndolo y  creyendo en él.

jueves, 3 de septiembre de 2015

SEGUIR A JESÚS HOY

“El Evangelio de Hoy”: Lc 5,1-11

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echen las redes para pescar." Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes." Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador." Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres." Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor.

Reflexión

Con este trozo evangelio podemos hacer una buena reflexión en torno al seguimiento de Jesús y a las vocaciones a la Vida Consagrada en la Iglesia. Lo primero es que Jesús está presente donde está la gente, a la orilla del lago que era el lugar donde la gente buscaba el sustento, pescando, vendiendo y negociando. Ahí aprovecha Jesús para hablarles y proponerles su mensaje de amor. Jesús aprovecha también para invitar a sus discípulos a seguirlo en su misión de ganar hombres y mujeres para Dios. Sabemos que Pedro, Santiago y Juan eran pescadores en el lago de Genesaret, habitaban en Cafarnaúm a orillas del lago y eran amigos de Jesús. La  acción de la pesca adquiere una dimensión evangelizadora y misionera. No se está hablando sólo de peces, redes y barcas materiales, sino de la acción evangelizadora que asumirán en el futuro los discípulos de Jesús.

Como seguidores de Jesús, el Maestro, somos llamados a discernir y pensar qué es lo que haría Jesús en  determinadas situaciones; cuál sería su punto de vista. Probablemente estamos demasiado centrados en nuestros intereses para ver cuál es la opción correcta, a partir de Jesús. Cómo Pedro, estamos llamados a ser y vivir nuestra vida orientados por el mensaje de Jesús. Posiblemente nos hayamos pasado la vida bregando sin ver resultados sólidos, hoy somos llamados por Jesús a vivir como él nos indica. Así tendremos mejores y definitivos resultados. Confiemos y actuemos. Que nuestra esperanza sea vida. Oremos por las vocaciones a la Vida Consagrada para que Jesús continúe llamando y guiando, y, para que nos ayude a permanecer fieles en el servicio y el amor.