EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 4 de mayo de 2015

LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO

“El Evangelio de Hoy”: Jn 14, 21-26

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él." Le dijo Judas, no el Iscariote: "Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?" Respondió Jesús y le dijo: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien se lo enseñe todo y les vaya recordando todo lo que les he dicho." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Nuestra misión como cristianos y cristianas es de vivir nuestra fe siguiendo a Jesús en la vida diaria. Así ponemos en práctica lo que aprendemos de la Palabra de Dios. "El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él." Jesús nos propone amar hasta el extremo y ser conscientes de lo que realizamos con ese amor. Abrazar con pasión la  causa de Jesús viviéndola de cara a los hermanos y hermanas sin cansancio hasta el fin.


Vivir intensamente la propuesta del Evangelio, guardando la Palabra y haciéndola vida en medio de la realidad que nos toca vivir e intentar transformar. Para eso contamos con el auxilio constante del Espíritu Santo, gran regalo de Dios. El Espíritu Santo garantiza la memoria de la Palabra de Dios y el dinamismo propio del compromiso cristiano. Sigamos atentos a la Palabra de Dios, a Jesús, su Palabra encarnada y dejemos que el Espíritu Santo Anime nuestra vida entera.

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