EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 16 de octubre de 2014

ABRIR CAMINOS Y PERMITIR EL PASO

“El Evangelio de Hoy”: Lc 11, 47-54

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de ustedes, que edifican mausoleos a los profetas, después que sus padres los mataron! Así son testigos de lo que hicieron sus padres, y lo aprueban; porque ellos los mataron y ustedes les edifican sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos los perseguirán y matarán"; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Si, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de ustedes, juristas, que se han quedado con la llave del saber; ustedes que no han entrado, y han cerrado el paso a los que intentaban entrar!" Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús reprocha a los jefes religiosos por su contradictoria manera de hablar y de actuar. Cuando nos apropiamos la verdad y la prerrogativa de decidir qué está bien y qué está mal, mirando a los demás, juzgando, frenando y condenado, terminamos por contradecir a Dios en su determinación de salvarnos.  Jesús está convencido que quienes nos tomamos su puesto y en vez de amar, perdonar y abrir nuevos caminos como él, lo que hacemos es cerrar puertas e impedir que los demás accedan al amor misericordioso de Dios. Ante la predicación tan fuerte de Jesús, es evidente que los aludidos no se van a quedar con las manos cruzadas. Atacan a Jesús con preguntas esperando que por sus respuestas puedan acusarlo de blasfemo y conducirlo a la muerte.

Hoy estamos llamados a evitar, por todos los medios que nos sugiere el Evangelio, caer en fanatismos. Nuestra espiritualidad como seguidores y seguidoras de Jesús es de fraternidad. No somos enviados a cosechar sino a sembrar la semilla del bien y a ser buenos con los demás, no a determinar si los otros lo son. Ayudemos a los demás a encontrarse con Jesús y a seguirlo en su misión de anunciar la Buena Noticia. Vivamos sinceramente lo que creemos, evitando la hipocresía y la doble vida. Contamos con la compañía de Jesús y de su Espíritu. Al celebrar hoy la memoria de Santa Margarita María de Alacoque, escogida por Dios para revelar el amor y las promesas del Sagrado Corazón de Jesús y de Santa Eduviges, pidamos el don de la humildad para servir alegremente a los demás.

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