Lectura del santo evangelio según san
Mateo:
Jesús nació en Belén de Judá en tiempos
del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
preguntando: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos
visto salir su estrella y venimos a adorarlo". Al enterarse el rey
Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices
y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el
profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de
las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo
Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los
Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y
los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan y averigüen cuidadosamente qué hay
del niño, y, cuando lo encuentren, avísenme, para ir yo también a
adorarlo". Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de
pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a
pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de
inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y
cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron
regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo para
que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. Palabra
del Señor.
Reflexión invitada: RELATO DESCONCERTANTE
JOSÉ ANTONIO PAGOLA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Ante Jesús se
pueden adoptar actitudes muy diferentes. El relato de los magos nos habla de la
reacción de tres grupos de personas. Unos paganos que lo buscan, guiados por la
pequeña luz de una estrella. Los representantes de la religión del Templo, que
permanecen indiferentes. El poderoso rey Herodes que solo ve en él un peligro.
Los magos no
pertenecen al pueblo elegido. No conocen al Dios vivo de Israel. Nada sabemos
de su religión ni de su pueblo de origen. Solo que viven atentos al misterio
que se encierra en el cosmos. Su corazón busca verdad.
En algún momento
creen ver una pequeña luz que apunta hacia un Salvador. Necesitan saber quién
es y dónde está. Rápidamente se ponen en camino. No conocen el itinerario
preciso que han de seguir, pero en su interior arde la esperanza de encontrar
una Luz para el mundo.
Su llegada a la ciudad
santa de Jerusalén provoca el sobresalto general. Convocado por Herodes, se
reúne el gran Consejo de “los sumos sacerdotes y los escribas del pueblo”.
Su actuación es decepcionante. Son los guardianes de la verdadera religión,
pero no buscan la verdad. Representan al Dios del Templo, pero viven sordos a
su llamada.
Su seguridad
religiosa los ciega. Conocen dónde ha de nacer el Mesías, pero ninguno de ellos
se acercará a Belén. Se dedican a dar culto a Dios, pero no sospechan que su
misterio es más grande que todas las religiones, y tiene sus caminos para
encontrarse con todos sus hijos e hijas. Nunca reconocerán a Jesús.
El rey Herodes,
poderoso y brutal, solo ve en Jesús una amenaza para su poder y su crueldad.
Hará todo lo posible para eliminarlo. Desde el poder opresor solo se puede
“crucificar” a quien trae liberación.
Mientras tanto, los
magos prosiguen su búsqueda. No caen de rodillas ante Herodes: no encuentran en
él nada digno de adoración. No entran en el Templo grandioso de Jerusalén:
tienen prohibido el acceso: La pequeña luz de la estrella los atrae hacia el
pequeño pueblo de Belén, lejos de todo centro de poder.
Al llegar, lo único
que ven es al “niño con María, su madre”. Nada más. Un niño sin
esplendor ni poder alguno. Una vida frágil que necesita el cuidado de una
madre. Es suficiente para despertar en los magos la adoración.
El relato es
desconcertante. A este Dios, escondido en la fragilidad humana, no lo
encuentran los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad
religiosa. Se les revela a quienes, guiados por pequeñas luces, buscan
incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de
la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario