EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 5 de enero de 2013

JESÚS NOS CONOCE BIEN


“El Evangelio de Hoy”: Juan 1,43-51

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice: "Sígueme." Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: "Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret." Natanael le replicó: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le contestó: "Ven y verás."
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y le añadió: "Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre." Palabra del Señor.

Reflexión

¿Hasta dónde creo yo que Jesús me conoce? ¿Este conocimiento que Jesús tiene de mi, cómo lo ha adquirido? ¿Soy amigo o amiga de Jesús, soy transparente  con él, sincero? Valoro hasta la saciedad la promesa de Jesús de permanecer con nosotros hasta el final del mundo. Su presencia invisible nos sondea y nos conoce desde el interior de nuestro ser. Natanael conocía bastante bien “aquel de quien se ha hablado en la ley y los profetas”. Conoce las escrituras y en ellas, el anuncio de un liberador para su pueblo.
 
Quienes se sentaban debajo de un árbol de higuera eran los doctores de la ley, los estudiosos. A este sabio rabínico Natanael Felipe le propone la conversión a una nueva sabiduría, la de Jesús; por eso le invita a “venir y ver”. La palabra “VER” designa para Juan no sólo una mirada material sobre la humanidad de Jesús, sino una contemplación de su gloria y de su divinidad. La conversión de Natanael se lleva a cabo gradualmente. En un primer momento “ve” a Jesús hijo de José. En otro momento, lo acepta como Mesías y finalmente reconoce su divinidad (cielo abierto, ángeles, etc.)
 
El Año de la fe nos sigue convocando a profundizar la nuestra. Estamos invitados a dar un salto cualitativo en nuestro seguimiento a Jesús, que consiste en fortalecer nuestra fe, para ver con los ojos de Jesús la parte del mundo que se pierde en la injusticia y el egoísmo, en la inhumanidad y, conociendo la realidad, unirnos con la parte del mundo solidario para luchar por su total transformación. Sigamos viendo, conociendo y siguiendo a Jesús en su tarea de salvación de nuestro mundo.

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