EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 31 de marzo de 2012

HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS

“El Evangelio de Hoy”: Juan 11,45-57

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: "¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación." Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: "Ustedes no entienden ni palabra; no comprenden que les conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera." Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: "¿Qué les parece? ¿No vendrá a la fiesta?" Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo. Palabra del Señor.

Reflexión.
Estamos acostumbrados a ver a nuestros líderes políticos, sindicales y sociales, buscar reivindicaciones para sus miembros. Componer duros discursos para defender sus causas y hasta arriesgar sus vidas por afianzar sus liderazgos. El problema es que esos mismos líderes terminan negociando con sus oponentes y hasta uniéndose a ellos a cambio de pagos personales y no a favor de los miembros de sus sociedades como antes decían. Jesús no se deja comprar. Actúa prudentemente alejándose un poco para seguir anunciando su mensaje, pero sigue siendo fiel a su  misión y a los suyos.
Ya no puede aparecer en público pues han decidido abiertamente matarlo.La cuestión es encontrar la estrategia para detenerlo sin alborotar al pueblo. Entonces buscan la forma de prenderlo. ¡Cuántas veces, en nuestros contextos sociales y eclesiales, se prefiere acallar a una persona o a una comunidad por conveniencia, aunque se tenga que sacrificar la justicia, los procesos llevados por los pueblos y la verdad! Pero Jesús se mantiene firme, coherente, radical hasta el final. Apostar por la verdad, la justicia, la paz y el amor, como valores supremos del Reino, tiene su propio valor: ratificar el compromiso con la propia vida, asumir el sacrificio o incluso la muerte para que brillen la justicia y la verdad. – He aquí el desafío para los seguidores de Jesús en el mundo de hoy, que reclama y necesita gente coherente”.
Que Dios nos acompañe a cada quien en su vocación y misión, para que podamos ser testigos verdaderos del amor en el mundo y a estar dispuestos a vivir comprometidos con todas las consecuencias que nuestra fe nos atraiga.

viernes, 30 de marzo de 2012

CREER EN JESÚS ANIMA LA CONVERSION


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 10,31-42

Lectura del Santo Evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: "Les he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedrean?" Los judíos le contestaron: "No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios." Jesús les replicó: "¿No está escrito en su ley: "Yo les digo: Son dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean, pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí, y yo en el Padre."
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad." Y muchos creyeron en él allí. Palabra del Señor.

Reflexión:

Seguimos leyendo el evangelio de Juan y desarrollando el conflicto con sus enemigos. Está por llegar la hora para la cual vino Jesús. Los judíos no aceptan a Jesús. Es que aceptarlo sería aceptar que hay que cambiar el orden de las cosas. Que el mundo que han forjado, en el que detentan poder y privilegios, en el que tienen una posición preponderante, afortunada, debe cambiar…Cambiar para promover a los pobres, a los desposeídos. ¿Por qué abrían de ceder? ¿Por qué lo decía Jesús?
No es fácil convivir con un sujeto que en toda ocasión nos recuerda que no estamos viviendo según nuestra fe, que  no es eso lo que Dios quiere, que hace falta cambiar. Las palabras de Jesús a tal punto les “quilla”, que ya no son indiferentes, sino que quieren matarlo…”Muerto el perro, se acabó la rabia”, como decimos a veces. Es que, para ellos, dialogar sería aceptar algo que es inadmisible: que están equivocados; que hay otra perspectiva; que hay que servir en vez de hablar y hablar y hablar.
 El texto del Evangelio de Hoy, Jesús se tiene que escabullir. Escapa por segunda vez, cuando hastiados, los judíos, están dispuestos a eliminarlo allí mismo. Jesús es un enemigo del poder  dominador, del de todo poder que deshumaniza. Jesús ha venido a revolucionar el mundo, a cambiarlo todo. Sencillamente intolerable, para quienes se encuentran en la parte superior de la pirámide. Este es el mensaje que estamos por celebrar estos días, que se reedita cada segundo en el mundo. ¡Dios nos ha amado hasta el extremo! Y esto es lo que nos pide que hagamos entre nosotros…amarnos unos a otros, como Él nos ha amado. Que Jesús nos guie en la toma de conciencia de su amor por nosotros y eso nos abra a su Evangelio y a su Reino.

jueves, 29 de marzo de 2012

Vayamos más allá del Lenguaje formal


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 8,51-59

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Se lo aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?"
Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocen. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como ustedes, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, su padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron: "No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "les aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor.


Reflexión
El Evangelio de hoy continúa desarrollando el conflicto entre Jesús y sus adversarios. Mientras más se acerca la Semana Santa mayor será el drama de oposición que muestren los textos de San Juan para irnos llevando hasta la ejecución de Jesús como consecuencia de su visión o su experiencia de Dios que es totalmente diferente que la de los judíos ordinarios.

Ya decíamos ayer que el Evangelio de San Juan está lleno de expresiones profundas y simbólicas que hay que entender el conjunto de su escrito. “Los oyentes de Jesús no entienden su lenguaje. Son dos niveles de lenguaje que no encuentran coincidencia. Jesús habla con un lenguaje profundo, simbólico, trascedente. Sus adversarios se mueven en el nivel del lenguaje convencional, formal, superficial. Por eso es imposible que se puedan entender”. De toda manera, lo importante es que su vida responde a la voluntad de Dios. Su solicitud por los más pobres y necesitados nos muestra la misericordia de Dios. Su comprensión de la realidad que golpea, especialmente a los más débiles, nos ayuda a recordar que Dios es la defensa de su pueblo. Él no nos deja abandonados.

No nos olvidemos de que Jesús es nuestro Maestro, nuestro líder. Para vivir nuestra fe nos fijamos en él, en su forma y en el contenido de su misión. “De alguna manera, nosotros también estamos llamados a vivir esa profunda experiencia de comunión vital con Dios para mostrar su rostro a la humanidad. La misión evangelizadora, por lo tanto, no consiste en elaborar y pronunciar discursos acerca de Dios, sino de mostrar en las actitudes humanas la acción salvífica, liberadora de Dios”. Pidámosle al señor que nos guíe con su Espíritu para poder profundizar nuestra vida en la fe y vivir una práctica religiosa al estilo de Jesús. Amén

miércoles, 28 de marzo de 2012

LA LIBERTAD DE LOS HIJOS DE DIOS

“El Evangelio de Hoy”: Juan 8,31-42 Lectura del santo evangelio según san Juan: En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si se mantienen en mi palabra, serán de verdad discípulos míos; conocerán la verdad, y la verdad les hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Serán libres"?" Jesús les contestó: "les aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo les hace libres, serán realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratan de matarme, porque no dan cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero ustedes hacen lo que le han oído a su padre." Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abrahán, harían lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratan de matarme a mí, que les he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Ustedes hacen lo que hace su padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera su padre, me amarían, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió." Reflexión El evangelio de este día se centra en la filiación. La paternidad de Abraham es en el orden de la fe y requiere un compromiso personal. Jesús nos revela una nueva condición a esta relación de filiación con Dios, la fidelidad a su palabra: "Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos, conocerán la verdad y la verdad les hará libres." Al liberar el hombre interior de la esclavitud del pecado, Jesús le da acceso a la filiación con Dios, incluyendo su cruz revela el misterio. Aquellos que reconocen la verdad en las palabras de Jesús serán libres. Ser libre requiere la elección del discipulado, la elección de la verdad que Jesús revela. La verdad y la libertad son dos valores muy profundos en el evangelio de Juan. Es la verdad la garantía de la libertad. La verdad no es un conjunto de afirmaciones teóricas o de representaciones mentales que concuerdan con la realidad material u objetiva. La verdad, en el evangelio, hay que entenderla como manera correcta de proceder, transparencia de vida en la que no cabe engaño ni doble moral, coherencia entre lo que se piensa, se siente, se dice y se hace. Jesús no solo dice verdades, sino que él es la verdad, porque es transparencia del mismo Dios Padre. Ser libre no es hacer el propio capricho sin ningún tipo de límites. Ser libre es tomar distancia de todo lo que pueda encadenar, atrapar, esclavizar. La libertad también implica vivir con autenticidad, sin engaños y sin conveniencias La libertad que Jesús nos da está ligada a su relación con el Dios Padre que es el amor y obediencia. Esta discusión con los convertidos judíos nos enseña que el ser hijo de Dios no es una herencia, una adquisición capitalizable, o incluso un estado, sino un movimiento de obediencia, un don de sí en el amor, el cumplimiento la voluntad del Padre a favor de la vida y nunca en su contra. Nuestro empeño deberá estar orientado hacia la búsqueda de la verdad, para encontrar la auténtica libertad de los hijos de Dios.

martes, 27 de marzo de 2012

EL MUNDO DE ARRIBA Y EL DE ABAJO


“El Evangelio de Hoy”: Juan 8,21-30

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscarán, y morirán por su pecado. Donde yo voy no pueden venir ustedes." Y los judíos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no pueden venir ustedes"?" Y él continuaba: "Ustedes son de aquí abajo, yo soy de allá arriba: ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón les he dicho que morirán por sus pecados: pues, si no creen que yo soy, morirán por sus pecados."
Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó: "Ante todo, eso mismo que les estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en ustedes; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él." Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levanten al Hijo del hombre, sabrán que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada." Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él. Palabra del Señor.
Reflexión.
No es nada fácil entender el lenguaje simbólico utilizado por Juan evangelista. El mundo de arriba, el de Jesús, es el mundo de Dios, el mundo de la vida con calidad y futuro. El otro mundo, el de abajo, el de los judíos y sus seguidores, es un mundo limitado, oscuro y transitorio, deficiente. Cuando nos situamos en este mundo, compuesto de antivalores, de codicia, de injusticias y desigualdades generadoras de violencia e inseguridad, no acogemos la Buena noticia aportada por Jesús.
Jesús se autodefine como trascendente, está por encima de este mundo debido a su práctica humanizadora. Cuando nos conformamos con lo temporal, no trascendemos nada pero si acogemos el estilo de vida de Jesús, fraterno, cercano, justo, compasivo y preocupado siempre por hacer llevadera la vida de los demás, entonces vamos asumiendo una existencia ilimitada o eterna.
El evangelio de hoy es un fuerte llamado a creer en Jesús y en su mensaje. Creerle significará hacer nuestra su causa, su modo de vida, su manera de relacionarse con los demás y su alegría desbordante. Su gozo estaba basado en su obediencia a Dios a quien él llama Abba, Padre.
Casi en la puerta de la Semana Santa, dispongámonos a avanzar en nuestra experiencia de fe, no sigamos dejando para después lo que podemos disfrutar hoy. Dejemos que nuestro Maestro nos influya interiormente para poder asumir su enseñanza. Así estaremos asumiendo decididamente nuestra identidad divina: creados a imagen y semejanza de Dios.

lunes, 26 de marzo de 2012

Dios anuncia la Vida

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 1,26-38

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.

Reflexión.
Como ayer 25 de marzo fue domingo, hoy celebramos la fiesta de la anunciación a María del nacimiento de Jesús. La presencia de Dios entre nosotros los humanos es tan, tan importante, que hasta tenemos una fiesta para celebrar el día de su anuncio. Dios “decidió” habitar en medio de la humanidad, inserto en una familia, en un pueblo y una cultura. Asume la condición humana en todas sus dimensiones para salvar a la humanidad desde dentro, desde abajo, desde el mismo corazón del mundo.  Para Dios nada es imposible nos recuerda el evangelio de la anunciación.
María es escogida por Dios para esta importantísima tarea de dejar crecer y nacer a Jesús. Y como mujer creyente que esperaba el cumplimiento de las promesas de Dios, María acepta el reto y asume el compromiso. Ella es una jovencita adolescente de Nazaret, una campesina de una aldea insignificante de Palestina es capaz de intuir la propuesta de Dios y responder con todo su ser a la misión cuyas dimensiones no alcanza a comprender del todo. Ante tantas situaciones indeseadas y deshumanizantes, ¿Cuáles anuncios escuchamos de parte de Dios en nuestra época? ¿Qué estamos anunciando nosotros hoy? Recordemos que Dios no anuncia condenas ni catástrofes sino salvación y presencia.
María se convierte en auténtica creyente, que espera que Dios realice sus promesas, se constituye en modelo y paradigma de creyente porque, como Abrahán, confía plenamente en la promesa de Dios y coloca todas sus posibilidades y cualidades al servicio de esta causa. Nosotros estamos invitados hoy por este evangelio, a descubrir el anuncio de Dios hoy. Qué es lo que Dios nos está anunciando hoy como salvación para  todo su pueblo. Dios nos llama, nos elige, nos propone, pero espera nuestra respuesta libre y voluntaria. Luchemos contra la desesperación, la indiferencia y el desinterés. Impliquémonos como María en los proyectos de Dios. Demos nosotros también nuestro sí a Dios.

domingo, 25 de marzo de 2012

EL ATRACTIVO DE JESÚS


“El Evangelio de Hoy”: Juan 12,20-33

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: "Señor, quisiéramos ver a Jesús." Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.
Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre." Entonces vino una voz del cielo: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo." La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: "Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí." Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.  Palabra del Señor.

Reflexión Invitada.

EL ATRACTIVO DE JESÚS

Unos peregrinos griegos que han venido a celebrar la Pascua de los judíos se acercan a Felipe con una petición: «Queremos ver a Jesús». No es curiosidad. Es un deseo profundo de conocer el misterio que se encierra en aquel hombre de Dios. También a ellos les puede hacer bien.

A Jesús se le ve preocupado. Dentro de unos días será crucificado. Cuando le comunican el deseo de los peregrinos griegos, pronuncia unas palabras desconcertantes: «Llega la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre». Cuando sea crucificado, todos podrán ver con claridad dónde está su verdadera grandeza y su gloria.

Probablemente nadie le ha entendido nada. Pero Jesús, pensando en la forma de muerte que le espera, insiste: «Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». ¿Qué es lo que se esconde en el crucificado para que tenga ese poder de atracción? Sólo una cosa: su amor increíble a todos.

El amor es invisible. Sólo lo podemos ver en los gestos, los signos y la entrega de quien nos quiere bien. Por eso, en Jesús crucificado, en su vida entregada hasta la muerte, podemos percibir el amor insondable de Dios. En realidad, sólo empezamos a ser cristianos cuando nos sentimos atraídos por Jesús. Sólo empezamos a entender algo de la fe cuando nos sentimos amados por Dios.

Para explicar la fuerza que se encierra en su muerte en la cruz, Jesús emplea una imagen sencilla que todos podemos entender: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Si el grano muere, germina y hace brotar la vida, pero si se encierra en su pequeña envoltura y guarda para sí su energía vital, permanece estéril.

Esta bella imagen nos descubre una ley que atraviesa misteriosamente la vida entera. No es una norma moral. No es una ley impuesta por la religión. Es la dinámica que hace fecunda la vida de quien sufre movido por el amor. Es una idea repetida por Jesús en diversas ocasiones: Quien se agarra egoístamente a su vida, la echa a perder; quien sabe entregarla con generosidad genera más vida.

No es difícil comprobarlo. Quien vive exclusivamente para su bienestar, su dinero, su éxito o seguridad, termina viviendo una vida mediocre y estéril: su paso por este mundo no hace la vida más humana. Quien se arriesga a vivir en actitud abierta y generosa, difunde vida, irradia alegría, ayuda a vivir. No hay una manera más apasionante de vivir que hacer la vida de los demás más humana y llevadera. ¿Cómo podremos seguir a Jesús si no nos sentimos atraídos por su estilo de vida?  JOSÉ ANTONIO PAGOLA

sábado, 24 de marzo de 2012

JSUS PROVOCA CONFLICTOS ¿Y NOSOTROS?


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 7,40-53

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: "Éste es de verdad el profeta." Otros decían: "Éste es el Mesías." Pero otros decían: "¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?" Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no lo han traído?" Los guardias respondieron: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre." Los fariseos les replicaron: "¿También ustedes se han dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos." Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron: "¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas." Y se volvieron cada uno a su casa. Palabra del Señor.

Reflexión.
Jesús lo había dicho, no he venido a traer la paz sino la guerra. Él es causa de división y controversia, incluso para sus mismos adversarios. Su sabiduría, es decir, su coherencia de vida es tal que hasta  los que le desprecian y le persiguen quedan confundidos y sus argumentos resultan superficiales al buscar acusarle. El pueblo lo admira, los dirigentes lo temen, muchos lo evitan, porque sus palabras son fuertemente cuestionadoras, tocan fibras interiores, desbaratan falsas seguridades, derriban estructuras mentales que impiden que la verdad del evangelio se transparente.
Nosotros que somos seguidores de Jesús, cristianos y cristianas de hoy debemos estar conscientes de que la vida cristiana se vive en tensión como la vivió Jesús. Lo nuestro no es triunfar, ser reconocidos, conquistar a todo el mundo para nuestra Iglesia, lo nuestro es dar testimonio de lo que creemos y nosotros creemos en Jesús y su proyecto de Reino de Dios. Hoy se necesitan hombres y mujeres que sean capaces de testimoniar, es decir, vivir con autenticidad el mensaje liberador de Jesús, aunque haya que pagar el precio de la persecución y el martirio.
Analicemos la división que se vive hoy dentro de nuestro cristianismo. ¿Es por causa de Jesús, de la verdad, del compromiso con los  más pobres y necesitados? ¿Acaso la división entre nuestras iglesias se da por aferrarnos a la causa de Jesús? La historia nos muestra, más bien, lo contrario. Nos dividimos por cuestiones materiales como el dinero, las posesiones; por cuestiones pasajeras, por formalidades de prácticas religiosas y cultuales. Nos dividimos por aferrarnos a tradiciones y prácticas, por comidas y bebidas. Sabemos muy bien que el Reino de Dios no es cuestión de esas cosas sino de justicia y paz y vida en el Espíritu de fraternidad.  Ojalá la gente se fuera de  nuestros  grupos y comunidades cristianas acusándonos de ser demasiados cariñosas y cariñosos; diciendo que compartimos todo y nos perdonamos unos a otros  los errores cometidos. Si sucediera así estaríamos muy cerca de nuestro Maestro al cual decimos seguir.
Tengamos una oración especial en estos días por el Papa en su peregrinación por México y Cuba. Para que el Señor le conceda ser verdadero testigo de su amor por las gentes. Para que no se quede en la emoción de las muchedumbres que se les reúnen, sino que sepa llevar un mensaje de apoyo a los que necesitan esperanza y estímulo. Que su presencia sea profética ante quienes intentan manipularlo a favor de sus capitales. Finalmente, pidamos juntos a Jesús que inspire al papa y a sus acompañantes para resistir toda muestra de culto a personalidades y así rendir culto al Dios del amor y de la vida. Amén. Que Dios nos bendiga.

viernes, 23 de marzo de 2012

La Hora de Jesús


Viernes 23 de Marzo del 2012. “El Evangelio de Hoy”: Juan 7,1-2.10.25-30

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues miren cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocen, y conocen de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése ustedes no lo conocen; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Reflexión La hora de Jesús es el momento en que Dios es glorificado por sus actos. Este tema muy presente en el Evangelio de Juan. Recordamos que en el texto de las bodas de Caná Jesús va a decir a su madre que no había llegado su hora. Me parece que puede ayudarnos, este texto a pensarnos en obediencia a Dios y a su voluntad. Nuestra misión no es propia, es parte de la misión de Jesús, es, como Jesús, escuchar la voluntad de Dios y luchar por vivirla libremente. El hecho de poder entregar la vida obedientemente como servicio a Dios, es verdaderamente la hora del amor, de la libertad plena y el abandono a lo que Dios quiera. ¿Hasta qué punto somos capaces de descentraros y situar en el centro a Jesús? Casi siempre pensamos que si supiéramos realmente lo que Dios quiere no seríamos capaces de negarnos a realizarlo. Nos gustaría que se nos apareciera dios y nos dijera: quiero esto y esto, esa es mi voluntad. Pero sabemos que Dios no actúa de esa manera, no juega con nuestra libertad ni con nuestras capacidades. En este resto de Cuaresma que nos queda, tomemos conciencia de la misión que Cristo nos ha confiado en este mundo. Estemos abiertos a hacer su voluntad cuéstenoslo que nos cueste. La autenticidad de vida cristiana se paga con la persecución, el destierro y el martirio. La fidelidad al seguimiento de Jesús tiene un alto precio; pero ahí se pone a prueba la consistencia de la propuesta evangélica de Jesús.

jueves, 22 de marzo de 2012

Recibir y dar Testimonio de Jesús


“El Evangelio de Hoy”: Juan 5,31-47


Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca han escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en ustedes, porque al que él envió no le creen.

Estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no quieren venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, les conozco y sé que el amor de Dios no está en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibieron; si otro viene en nombre propio, a ése sí lo reciben. ¿Cómo podrán creer ustedes, que aceptan gloria unos de otros y no buscan la gloria que viene del único Dios? No piensen que yo les voy a acusar ante el Padre, hay uno que los acusa: Moisés, en quien tienen su esperanza. Si creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?"  Palabra del Señor.

Reflexión.
San Juan nos sigue exponiendo su catequesis sobre el testimonio de Jesús en el mundo. Nos muestra hasta qué punto vivió Jesús su unión con Dios. Él toma conciencia de que es Dios mismo quien actúa en él y por eso se mantiene atento tratando de discernir cuál es la voluntad de Dios para asumirla con todas sus consecuencias. Muchos envidiosos querían acusar a Jesús de todo tipo de violaciones a la ley de su pueblo, pero chocaban con su testimonio de vida, con sus actuaciones siempre a favor de los demás, sanando, animando, explicando la Palabra de Dios, apostando a la justicia, a la igualdad y a la cercanía de los otros sin juzgarlos no condenarlos en ningún momento.
Eso es lo que quiere dar testimonio, hablar a favor o en contra de otra persona conocida, actuar en consecuencia con una persona o realidad conocida, mostrar la experiencia sobre otra persona u otra realidad para reafirmarla positiva o negativamente. Jesús da testimonio de la luz, de la verdad, de que Dios nos ha creado y nos acompaña para la vida. Dios, el Padre de Jesús y nuestro Padre, da testimonio de Jesús a través de las obras que le concede realizar en su nombre. Las prácticas de Jesús son las prácticas del mismo Dios pues manifiestan el rostro de Dios y los sentimientos de su corazón amoroso y misericordioso.
A nosotros nos falta la práctica, tenemos muchos conceptos, muchas “verdades”, un lenguaje, hasta cierto punto claro, pero una historia que niega la voluntad de Dios. En nuestros pueblos mayoritariamente cristianos no se ve la justicia que Dios nos ha enseñado y que nosotros teóricamente aceptamos y estamos muy de acuerdo con ella. No se ve la igualdad, la preocupación por los más necesitados, vulnerables, frágiles, empobrecidos, no se nota que actuemos con la verdad que nos ha enseñado Jesús. Todo esto es no que nos falta para ser testigos, para ser realmente seguidores de nuestro Maestro. Por lo tanto, nos falta conversión, cambio, apertura al Espíritu de Dios y decisión para vivir nuestra fe. En realidad, es nuestra manera de ser y de convivir con los demás quien debe hablar, en nosotros, de Dios. Avancemos hacia la Pascua, aún nos queda tiempo.

lunes, 19 de marzo de 2012

Sanar a los paralíticos de hoy.


Martes 20 de marzo del 2012. “El Evangelio de Hoy”: Juan 5, 1-3.5-16

Lectura del santo Evangelio del Santo Evangelio según San Juan:
Era el día de fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betsaida, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?». Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda». Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.

Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla». Él le respondió: «El que me ha curado me ha dicho: ‘Toma tu camilla y anda’». Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: ‘Tómala y anda?’». Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor». El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.      Palabra del Señor

Reflexión.
Nada más ni nada menos que 38 años paralizado. Cuanto sufrimiento, cuanta dependencia, cuanta imposibilidad y vergüenza habrá pasado este infeliz. No poder movernos nos esclaviza a tener que esperarlo todo de los demás. El Evangelio de tal vez quiera cuestionarnos sobre nuestra capacidad para reaccionar frente a nuestra realidad. Este hombre llevaba 38 años de estar paralítico y nadie se había movilizado para ayudarlo a sanar. Cuantos años llevamos nosotros de estar paralíticos, de depender de los demás en diferentes ángulos de nuestras vidas? ¿Qué hacemos por las personas que viven enfermas en nuestras comunidades y familias?
Jesús se revela como “agua que da vida”. Su palabra es palabra de vida. Este hecho despierta la inconformidad de los dirigentes judíos, adversarios de Jesús. No cuestionan que haya curado al paralítico, sino que lo haya hecho en sábado, el gran día del descanso de los judíos en honor de Dios. Jesús interpela tanto al paralítico curado como a los incrédulos judíos. Al primero le advierte que su liberación-sanación ha sido integral; ahora tiene la oportunidad de iniciar una vida nueva. A los dirigentes religiosos les declara que el Padre no cesa de trabajar. Dios es un Dios en permanente actividad creadora y salvífica. – Nuestras comunidades deben ser fuentes de vida y de esperanza para todos.
Por eso nosotros, como seguidores de Jesús tenemos que ser creativos todos los días a favor de la vida, de la salud, del perdón y todo lo demás que cause alegría, ilusión y esperanza pues Dios quiere que las personas vivan abundantemente. Todo lo que podamos hacer para ayudar a alguien a sentirse bien y a recuperar el entusiasmo por la vida, será buena noticia en el proceso de acercamiento hacia Dios. Que el Espíritu Santo nos acompañe en nuestro itinerario hacia la Pascua de Jesús que es también la nuestra… Continuemos, como Jesús, ayudando la gente a caminar, a liberarse de todo lo que le paraliza y le inmoviliza.  

domingo, 18 de marzo de 2012

FIESTA DE SAN JOSÉ

“El Evangelio de Hoy”: Mt 1,16.18-21.24ª.

Lectura del santo evangelio según San Mateo.
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Jesucristo fue engendrado así: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados”. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado. 
Palabra del Señor

Reflexión
Hoy estamos celebrando la Fiesta de San José, esposo de la virgen. San José forma parte de un gran grupo de hombres y mujeres creyentes, que, desde Abraham, supieron poner su fe y su esperanza en Dios. Por la fe, confiaron en las promesas de Dios. Nosotros, que hemos visto la realización de las profecías en Jesús, vivamos también en esta fe que nos impulsa a caminar.
José, recibe a Jesús como hijo y le pone el nombre. Este reconocimiento equivale a lo que hoy significa darle a un niño el apellido: queda incorporado a la familia. Así, por la obra de José, Jesús queda incluido en la descendencia davídica. Él será el rey que dará cumplimiento a las promesas de Dios.
De san José se dice que era un “hombre justo”. Esto significa que era un hombre recto, coherente con su fe en el Dios de la Alianza. Fiel cumplidor de la ley, “temeroso de Dios”. José se muestra compasivo y comprensivo con María. Se abre al misterio de Dios y colabora con el plan de salvación de Dios aceptando la misión de acompañar a María en su proceso de gestación y maternidad. Era un artesano, ocupado de “oficios varios”. Aldeano, campesino, trabajador. José nos enseña a vivir el compromiso de fe desde el silencio y la sencillez.

viernes, 16 de marzo de 2012

AMARÁS A DIOS - AMARÁS AL PRÓJIMO

“El Evangelio de Hoy”: Marcos 12, 28b-34 Lectura del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Reflexión. Los humanos siempre hemos estado interesados en saber cuál es la voluntad de Dios. Nos gusta estar claros, tener como lo más importante en síntesis para tratar de cumplirlo y así no tener miedos de ser sorprendidos fuera de base por Dios… No es la mejor manera de enfocar el asunto, pero es provechoso esforzarnos por centrarnos en lo esencial a vivir como relación con Dios. No se trata de cumplir con él por miedo a ser castigados o rechazados; de lo que se trata es de actitudes frente al Dios de la vida que quiere lo mejor para nosotros. Se trata también, de lograr una apertura tal que nos ayude a aprovechar la oferta de salvación que Dios nos hace de manera gratuita. Lo más importante, de acuerdo con “El Evangelio de Hoy”, es el amor. Es por amor que Dios se nos ha revelado, Él es amor, conocerlo es asumir la vida en el amor, no solo saberlo. El amor a Dios implica la totalidad de la persona. Nada puede sustituir al amor de Dios. El amor a Dios trae consecuencias directas para las relaciones de las personas: el amor al próximo guarda estrecha coherencia con el amor a Dios. El amor a Dios pasa, necesariamente, por el amor a las personas que están cerca, sin importar quiénes sean. Y el amor a sí mismo está relacionado con el respeto por la dignidad personal; implica valorarse a sí mismo.” Tenemos muchas maneras de rechazar la vida en el amor. Nos hacemos ídolos que reemplazan a Dios y a nuestros hermanos. El afán por tener dinero para consumir, la búsqueda de poder y dominación, el individualismo egoísta que nos cierra en nosotros mismos, el culto a nuestro cuerpo, los vicios que van enfermándonos hasta el abandono mediocre sin remedios… son los ídolos modernos. Ser idolátricos no es poseer unos cuadros o estatuas a través de los cuales nos dirigimos a Dios, es desviar la atención del amor a Dios y al prójimo hacia las cosas y pasar de largo frente al necesitado. Bueno, todo esto hace mucho que lo sabemos. ¿Cuándo vamos a comenzar a vivirlo con humildad y sinceridad? La adoración que le debemos a Dios es amarlo a él y a toda su creación, muy especialmente a la gente más frágil y necesitada.

jueves, 15 de marzo de 2012

"Apenas salió el demonio, habló el mudo"

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 11,14-23 Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: "Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios." Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, sus hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama." Palabra del Señor. Reflexión Nuestro mundo está viciado de gente que no tienen la capacidad para expresarse, que no pueden hablar, que son mudas. La Buena Noticia que Jesús aporta devuelve la capacidad de hablar a los enmudecidos de su tiempo. Pero recordemos que Jesús está vivo y quiere seguir liberando a los mudos de hoy. Tantas personas acalladas por la realidad de injusticias, de desigualdad, de corrupción y politiquería imperantes. Muchos de los que se expresan, lo hacen con voces importadas, son comprados por los que ostentan el poder político y económico. La vergonzante desigualdad que vivimos en nuestros pueblos nos hace vender la voz para poder sobrevivir. Otros las cambian por comodidades y placeres. Frente a ello, Jesús nos ofrece libertad integral. Quiere liberarnos de estos demonios del dinero y el poder que no nos dejan decir con sinceridad lo que sentimos, sabemos y padecemos. No podemos continuar callando forzosamente ante tantas situaciones deshumanizantes que esclavizan a los más empobrecidos. Todo el dinero malgastado en la propaganda política para condicionar a la gente en su intensión de voto, por ejemplo, pudiera servir para desarrollar proyectos económicos de promoción de empleos con los que las personas pudieran ganarse dignamente su salario y no tener que depender la casualidad o de prebendas. Cuando Jesús libera del demonio que enmudece, está devolviendo la capacidad crítica, la posibilidad de expresar sus ideas, de aceptar o negarse a propuestas externas. Así las personas pueden ofrecer sus aportes personales en los diferentes procesos sociales. Pero como en aquel tiempo, que quisieron desviar la atención con acusaciones de que Jesús hacía el bien con el poder del mal, hoy se recurre al mismo vicio de condenar a los que se atreven a cuestionar la realidad y a proponer cambios liberadores y humanizadores. No nos dejemos callar la boca por dinero, por chismes, ni por oferta alguna de bienes. Sigamos atentos y atentas a o que Dios pueda decirnos en cada coyuntura. Acojamos con alegría las posibilidades de cambios positivos a favor de la vida. Construyamos espacios de participación y de búsqueda de proyectos comunes de crecimiento integral. “El Evangelio de Hoy”, la Palabra de Dios, nos cede la palabra, utilicémosla para el bien de todos y todas.

miércoles, 14 de marzo de 2012

"EL SENTIDO DE LA LEY"

“El Evangelio de Hoy”:Mateo 5,17-19 Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos." Palabra del SeñorReflexión. La ley surgió como garantía de igualdad, de libertad y de organización del pueblo de Dios. Ningún pueblo puede vivir sin un mínimo de organización. Tenemos que ponernos de acuerdo en el cómo nos relacionaremos mutuamente, para poder vivir juntos sin que nadie se aproveche de los otros de manera dañina.
Por eso Jesús declara que ha venido a cumplir la ley. En el fondo, la ley es el amor, el buscar lo mejor para los otros. Cuando las leyes no aportan vida, convivencia, acuerdo entre todos… se convierten en opresoras. Por lo tanto, el espíritu de la ley es liberador y garante de unas relaciones justas para todo el pueblo. La ley que fundamentaba la justicia se convirtió en un instrumento de dominación y deshumanización. Tal vez lo mismo ha pasado con la propuesta de Jesús: el Reino. La excesiva institucionalización del mensaje evangélico fue opacando poco a poco la fuerza liberadora de la Buena Noticia de la salvación anunciada y testimoniada por Jesús. El que vive la ley tiene que vivirla en el amor, es la única manera de salir adelante con el proyecto cristiano. Cómo Jesús somos llamados a la vida en el amor. Así quedará vivida la ley en su totalidad. Se pasa de un cumplimiento a un servicio desinteresado a favor del bien común. Vivamos alegres en fe y dejemos que esta inunde todos los rincones de nuestra existencia.

martes, 13 de marzo de 2012

SER PERDONADOS Y PERDONAR


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 18,21-35

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?"
Jesús le contesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano."

Reflexión.
El tema del perdón en la vida cristiana no es algo periférico, es un asunto esencial. El perdón es una de las formas privilegiadas de amar y aquí recordamos que el amor es gratuito, no se ama, no se perdona a alguien por ser bueno o a cambio de algo sino porque tú lo ama y tú practica la bondad. No es nada normal la práctica del perdón, por el contrario, lo normal es el odio, las venganzas, los conflictos mutuos y el rencor. Pero los que seguimos a Jesús sabemos que él perdonó siempre y dio su vida por nosotros. Si lo seguimos a él, él es nuestro maestro y por lo tanto, vivimos como él.
Sabemos que el rencor ha provocado muchos males y sufrimientos en nuestro mundo, desde los hogares nuestros, hasta conflictos internacionales y grandes guerras. Frente a las agresiones mutuas y a la facilidad con la que creamos enemigos, la propuesta de Jesús puede sonar a nuestros oídos un poco extraña. Perdonar siempre, en todo momento y circunstancia, sin medir la gravedad de los acontecimientos. Perdonar significa aceptar, acoger, comprender, sanar las heridas causadas por el acto ofensivo. ¡Cuánta urgencia tiene nuestro mundo de un “auténtico perdón” que contribuya a la creación de un ambiente de paz y justicia entre toda la humanidad!
Recordemos que rezando el padrenuestro decimos “perdonas nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Sin quererlo o conscientemente, ofendemos, causamos mal, provocamos molestias… Sigamos creciendo en este ejercicio de pedir perdón y de perdonar, eso nos hará mucho más libres, alegres y humanos frente a los demás y con ellos. Hoy es un buen día para abrirnos al perdón de Dios y de los que comparten nuestras vidas, una magnífica oportunidad para perdonar. Se perdona por amor y se gana más amor...

lunes, 12 de marzo de 2012

JESUS, DE TODOS Y PARA TODOS


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 4,24-30

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: "Les aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Les garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio."
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del señor.
Reflexión.
Este texto viene a recordarnos que Dios no es propiedad privada de un pueblo, ni de un grupo humano, ni de una Iglesia o una persona, es el Creador y salvador de todo el Universo. Por eso, su Hijo Jesús aporta también un mensaje universal de salvación. Su misión, Buena Noticia para todos y todas, se revela a las naciones.  En él se cumplen las promesas del Señor. Con Jesús se ha inaugurado el tiempo de la liberación y de la salvación para el pueblo. Jesús denuncia la ceguedad de los dirigentes religiosos del pueblo, a quienes cuesta reconocer su mesianismo, y anuncia que los paganos, excluidos y marginados son también destinatarios del evangelio.
Por eso tenemos que continuar creciendo en la fe. Saber adherirnos a Jesús y su mensaje. Asimilar en nuestra propia vida la fuerza de su evangelio para que produzca  frutos reales de salvación. No habremos sacado provecho de la misión de Jesús hasta no ser personas abiertas a los demás y reconocedores y reconocedoras de sus opciones personales y comunitarias. Nuestro mundo necesita personas y comunidades solidarias y dialogantes, capaces de crear ambientes de paz y comprensión.
En el fondo, el “Evangelio de Hoy” es un fuerte llamado a la colaboración interdisciplinaria y plural. En medio de crisis de todo tipo que no dan indicios de terminar, somos invitados a ofrecer soluciones  compartidas. De nada sirve asumir cada sector sus propias convicciones aisladas. El diálogo puede llevarnos, sin perder nuestra identidad, a reconocer de manera más efectiva y afectiva, la presencia del Espíritu salvando y animando la historia de acuerdo al plan de salvación de Dios. Demos gracias a Dios por incluirnos en su proyecto amoroso de salvación. Amén.

domingo, 11 de marzo de 2012

LA INDIGNACIÓN DE JESUS


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 2,13-25

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten esto de aquí; no conviertan en un mercado la casa de mi Padre." Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "El celo de tu casa me devora." Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: "¿Qué signos nos muestras para obrar así?" Jesús contestó: "Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré." Los judíos replicaron: "Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?" Pero hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.  Palabra del Señor.

Reflexión invitada.

LA INDIGNACIÓN DE JESÚS
Acompañado de sus discípulos, Jesús sube por primera vez a Jerusalén para celebrar las fiestas de Pascua. Al asomarse al recinto que rodea el Templo, se encuentra con un espectáculo inesperado. Vendedores de bueyes, ovejas y palomas ofreciendo a los peregrinos los animales que necesitan para sacrificarlos en honor a Dios. Cambistas instalados en sus mesas traficando con el cambio de monedas paganas por la única moneda oficial aceptada por los sacerdotes.
Jesús se llena de indignación. El narrador describe su reacción de manera muy gráfica: con un látigo saca del recinto sagrado a los animales, vuelca las mesas de los cambistas echando por tierra sus monedas, grita: «No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Jesús se siente como un extraño en aquel lugar. Lo que ven sus ojos nada tiene que ver con el verdadero culto a su Padre. La religión del Templo se ha convertido en un negocio donde los sacerdotes buscan buenos ingresos, y donde los peregrinos tratan de “comprar” a Dios con sus ofrendas. Jesús recuerda seguramente unas palabras del profeta Oseas que repetirá más de una vez a lo largo de su vida: «Así dice Dios: Yo quiero amor y no sacrificios».
Aquel Templo no es la casa de un Dios Padre en la que todos se acogen mutuamente como hermanos y hermanas. Jesús no puede ver allí esa “familia de Dios” que quiere ir formando con sus seguidores. Aquello no es sino un mercado donde cada uno busca su negocio.
No pensemos que Jesús está condenando una religión primitiva, poco evolucionada. Su crítica es más profunda. Dios no puede ser el protector y encubridor de una religión tejida de intereses y egoísmos. Dios es un Padre al que solo se puede dar culto trabajando por una comunidad humana más solidaria y fraterna.
Casi sin darnos cuenta, todos nos podemos convertir hoy en “vendedores y cambistas” que no saben vivir sino buscando solo su propio interés. Estamos convirtiendo el mundo en un gran mercado donde todo se compra y se vende, y corremos el riesgo de vivir incluso la relación con el Misterio de Dios de manera mercantil.
Hemos de hacer de nuestras comunidades cristianas un espacio donde todos nos podamos sentir en la «casa del Padre». Una casa acogedora y cálida donde a nadie se le cierran las puertas, donde a nadie se excluye ni discrimina. Una casa donde aprendemos a escuchar el sufrimiento de los hijos más desvalidos de Dios y no solo nuestro propio interés. Una casa donde podemos invocar a Dios como Padre porque nos sentimos sus hijos y buscamos vivir como hermanos.

José Antonio Pagola.

viernes, 9 de marzo de 2012

Accepter le Don de Dieu en défendant la vie


« L’Évangile d’aujourd’hui » Mt 21, 33-43.45-46

Évangile de Jésus Christ selon saint Matthieu

Jésus disait aux chefs des prêtres et aux pharisiens :           
« Écoutez cette parabole : Un homme était propriétaire d'un domaine ; il planta une vigne, l'entoura d'une clôture, y creusa un pressoir et y bâtit une tour de garde. Puis il la donna en fermage à des vignerons, et partit en voyage.           
Quand arriva le moment de la vendange, il envoya ses serviteurs auprès des vignerons pour se faire remettre le produit de la vigne. Mais les vignerons se saisirent des serviteurs, frappèrent l'un, tuèrent l'autre, lapidèrent le troisième.       
De nouveau, le propriétaire envoya d'autres serviteurs plus nombreux que les premiers ; mais ils furent traités de la même façon.  
Finalement, il leur envoya son fils, en se disant : 'Ils respecteront mon fils.'
Mais, voyant le fils, les vignerons se dirent entre eux : 'Voici l'héritier : allons-y ! tuons-le, nous aurons l'héritage !'           
Ils se saisirent de lui, le jetèrent hors de la vigne et le tuèrent.        
Eh bien, quand le maître de la vigne viendra, que fera-t-il à ces vignerons ? »
On lui répond : « Ces misérables, il les fera périr misérablement. Il donnera la vigne en fermage à d'autres vignerons, qui en remettront le produit en temps voulu. »
Jésus leur dit : « N'avez-vous jamais lu dans les Écritures : La pierre qu'ont rejetée les bâtisseursest devenue la pierre angulaire. C'est là l'œuvre du Seigneur, une merveille sous nos yeux !       
Aussi, je vous le dis : Le royaume de Dieu vous sera enlevé pour être donné à un peuple qui lui fera produire son fruit.   
Les chefs des prêtres et les pharisiens, en entendant ces paraboles, avaient bien compris que Jésus parlait d'eux. Tout en cherchant à l'arrêter, ils eurent peur de la foule, parce qu'elle le tenait pour un prophète.
Acclamons la parole de Dieu.

Réflexion.
L'Evangile d'aujourd'hui raconte l'histoire d'une procédure inappropriée, criminelle de certains agriculteurs qui avaient été bien traités par le propriétaire des parcelles qu'ils exploitent. Nous pouvons facilement arriver à la conclusion a laquelle sont arrivé  les auditeurs de Jésus: « Ces misérables, il les fera périr misérablement. Il donnera la vigne en fermage à d'autres vignerons, qui en remettront le produit en temps voulu. » Mais ce ne sont pas des coupables que Jésus cherche, mais des gens qui peuvent reconnaître les signes de la présence de Dieu et de changer pour profiter de la miséricorde du Seigneur. Dieu ne cherche pas la mort du pécheur, mais sa conversion et sa vie.           
Nous vivons dans un monde, un univers parfait, presque tous les maux que nous percevons sont causés par nous-mêmes, en cherchant des intérêts. Beaucoup sont maintenant la proie biens des autres pour leur voler le peu ou beaucoup, qu’ils  en ont, ceux qui tuent pour garder les l'étranger, ce qui prive le plus faible en utilisant sa puissance, son trafic d'influence et de leurs sponsors officiels pour faire grandir leurs fortunes ... En fait, ce comportement n'est pas généralisé, mais a une grande influence parmi nous aujourd'hui, produit des nombreuses attitudes de peur et surtout, une atmosphère d'insécurité et d'impunité qui neutralise et paralyse.  
C’est à nous la responsabilité de produire la vie dans ce monde que Dieu nous a donné. Nous ne pouvons pas nous voir laisser ce monde s’éteindre ou sous des prétextes qu'une seule personne ne peut rien faire, laisser les choses aux dirigeants. Dieu nous a donné tous et nous a envoyé son fils pour révéler le chemin du royaume: La fraternité et la justice. Si nous continuons à distraire ou en optant pour continuer à blesser les autres ou d'être indifférent, nous perdrons  la possibilité de jouir de la paix, l'harmonie, la joie partagée et le salut. Se convertir, suivre les traces de Jésus, c'est vivre l'espérance au milieu de notre réalité, en cherchant la transformer en fonction de la volonté de Dieu: La vie en abondance, l'égalité ... Que l’Esprit saint nous donne sa Sagesse.