EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 24 de octubre de 2012

AMAR Y SERVIR SIEMPRE

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 39-48

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Comprendan que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo ustedes, estén preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre". Pedro preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?" El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Les aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda al llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá". Palabra del Señor.
 
Reflexión

El reconocimiento del amor que Dios nos tiene es vital para poder adherirnos a Jesús y su proyecto de salvación y a su causa que es la causa de los pobres. Sabiéndonos amados, acompañados, sostenidos por el mismo Dios de Jesús, estaremos dispuestos a entregar nuestra vida radicalmente por él, al estilo de Jesús. Jesús nos muestra a un Dios Padre que está siempre a nuestro lado para servirnos y así nos invita a acompañar a nuestro prójimo sirviéndoles en todo lo que  podamos. Para eso el Señor nos da la vida y la mantiene.
 
Nuestro texto del Evangelio de Hoy retoma las enseñanzas de Jesús para mostrarnos como la diligencia, la eficiencia y la buena administración están en función de la misión, de las buenas relaciones fraternales y, sobre todo, de la fe en el retorno futuro del Señor. Por esta razón, la iglesia no se pensaba únicamente a partir de sus necesidades o de las urgencias del contexto, sino fundamentalmente a partir de su fe en el encuentro futuro con el Señor que se vivía en el día a día del servicio, del amor universal y de la solidaridad. De ahí el llamado continuo a la vigilancia y a la práctica de la fe.
 
El encuentro futuro con el Señor está descrito en términos de servicio a nuestro favor: “Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Les aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes”. En otro texto nos va a decir que el Señor al llegar les invitarás a sentarse en la mesa y se pondrá él mismo a servirle. Lo importante es estar viviendo hoy lo que creemos pues esa vida en la fe nos asegura el entusiasmo y la alegría. Vivir nuestra fe significa ponernos al servicio de nuestros hermanos y hermanas, desarrollar nuestra vocación humana y cristiana. ¿Cuáles son  las debilidades que tenemos hoy las comunidades cristianas y que debemos empeñarnos sanamente en fortalecer como Iglesia y personalmente?

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