EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 31 de octubre de 2012

ENTRAR POR LA PUERTA DE JESÚS

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 13, 22-30

Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?" Jesús les dijo: "Esfuércese en entrar por la puerta estrecha. Les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamarán a la puerta diciendo: "Señor ábrenos" y él les replicará: "No sé quiénes son" Entonces comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas". Pero él les replicará: "No sé quiénes sois. Aléjense de mí, malvados". Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y ustedes se vean echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Miren: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos".  Palabra del Señor.

Reflexión

La puerta es un poderoso símbolo de la vida humana, que Jesús utiliza constantemente para enseñarnos sobre el discernimiento y la decisión. La puerta puede ser ancha y grandiosa o angosta y difícil. En las ciudades antiguas ‘la puerta’ era uno de los lugares más importantes en donde se ubicaba el mercado, los tribunales y las salas de discusión. La puerta ancha era la entrada de mercaderes, reyes y emisarios reales; la puerta angosta, era un pasaje de seguridad por el que entraba el común de la gente.
 
El seguidor de Jesús tiene el desafío de entrar por la puerta difícil, la puerta de la gente que cuenta únicamente con el amor de Dios para hacer realidad su voluntad. Debe decidir de qué se debe despojar para entrar por esa puerta, ya que el exceso de equipaje o la misma cabalgadura impedirían el acceso.
 
Como cristianos, debemos discernir las realidades que nos impiden acceder a la propuesta de Jesús. El exceso de exigencias de la cultura social dominante puede representar un gran estorbo. Las ambiciones de poder, de riqueza o de prestigio pueden convertirse en camellos enormes que nos coloquen fuera de onda y nos impidan entrar por la puerta de la gente sencilla. (Servicios Koinonía)

martes, 30 de octubre de 2012

El REINO DE DIOS


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 13, 18-21

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Jesús decía: "A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en un huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas. Y añadió: A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta". Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús pone ejemplos entendibles sacados de prácticas habituales en la vida de su pueblo, en este caso de la agricultura, para ayudar a comprender la realidad del Reino de Dios. Como siempre, no se trata de poderes ni de dominaciones. Jesús retoma esos valores de la vida campesina y los trasplanta al campo religioso para enseñarnos cómo la más diminuta semilla de bondad que se siembre y se cultive puede producir los frutos más abundantes y los beneficios indirectos más sorprendentes. Se trata de lo que Dios quiere, él mismo hace crecer su reino de manera misteriosa y para ello nos pide a nosotros también la participación.
 
Hemos oído hablar, en múltiples ocasiones de lo bien que hace a la vida humana, la convivencia fraterna, la armonía en las relaciones interpersonales, la sonrisa y alegría constante, la fraternidad que hace compartir y contar con los otros, en fin, la solidaridad y ayuda mutua. Con nada de esto se va al mercado. Ningunos de estos valores humanos se cotiza en las bolsas económicas de ninguna nación. Sin embargo, son elementos indispensables que impulsan la vida y la dinamizan. El Reino se presenta como una semilla minúscula plantada en el jardín de la creación, pero que, cuando germina, tiene unos efectos benéficos impredecibles. Eso ocurre con el efecto multiplicador del bien que tiene el Reino, que actúa como levadura en las obras buenas que la humanidad emprende. Podemos influenciar enormemente la sociedad con unas actitudes que aunque no sean noticia en los medios de comunicación, fecundan abundantemente la sociedad.
 
Finalmente, podemos recordar, al estilo de los predicadores tradicionales, que en reiteradas enseñanzas se le ha atribuido a la iglesia ser esa presencia viva del Reino de Dios en el mundo, ser esa semilla plantada humildemente al principio y que ha crecido y fecundado muchos ambientes. Pero la figura más elocuente y fundamental del Reino de Dios es el mismo Jesús presente en el mundo como el Hijo de Dios. Sin poder dominador pero con amor transformador de todos y todas los que viven una experiencia personal y comunitaria con él. La palabra de Dios es también esa semilla sencilla plantada en medio de su pueblo que puede surtir efectos grandioso en los corazones de quienes se abren a ella y dejan que fructifique. Nosotros todos podemos ser también semillas del Reino de Dios. Demos el testimonio coherente de fe y vida al que nos llama el evangelio. Eso hará germinar abundantemente los elementos constitutivos del Reino de Dios: Justicia, derecho, paz, fraternidad.

lunes, 29 de octubre de 2012

HACER EL BIEN


 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 13, 10-17

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad". Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: "Seis días tienen para trabajar: vengan esos días a que les curen, y no los sábados". Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: "Hipócritas: cualquiera de ustedes, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo llevaba a abrevar, aunque sea sábado? Y a está, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?". A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía. Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de hoy nos recuerda la  máxima de obrar el bien en todo tiempo y lugar, identificando las acciones buenas con la misma obra de Dios realizada en la creación. Obrar el bien sin reparo de preceptos religiosos, sociales o culturales es sinónimo de realizar la voluntad de Dios, experimentado como Padre Misericordioso. A esta manera de pensar de Jesús se oponen sus adversarios, que le recuerdan los preceptos sabáticos, considerados como la máxima expresión de religiosidad. Jesús les responde reivindicando la legitimidad de su acción al hacer prevalecer la obra de Dios por encima de consideraciones religiosas.
¿Y nosotros hoy, Cuál es nuestra posición? La comunidad cristiana tiene hoy el reto de reivindicar esa misma intencionalidad de Jesús al poner el bien común y el bien de la humanidad en general por encima de intereses individualistas o de élites de poder. Somos llamados a vivir lo que creemos y así colaborar con el crecimiento del Reino de  Dios.

domingo, 28 de octubre de 2012

CON OJOS NUEVOS

“El Evangelio de Hoy”: Marcos 10, 46-52

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: "Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí." Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: "Hijo de David, ten compasión de mí." Jesús se detuvo y dijo: "Llamadlo." Llamaron al ciego, diciéndole: "Ánimo, levántate, que te llama." Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: "¿Qué quieres que haga por ti?" El ciego le contestó: "Maestro, que pueda ver." Jesús le dijo: "Anda, tu fe te ha curado." Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino. Palabra del Señor.

Reflexión invitada: CON OJOS NUEVOS. José Antonio Pagola

La curación del ciego Bartimeo está narrada por Marcos para urgir a las comunidades cristianas a salir de su ceguera y mediocridad. Solo así seguirán a Jesús por el camino del Evangelio. El relato es de una sorprendente actualidad para la Iglesia de nuestros días.
 
Bartimeo es “un mendigo ciego sentado al borde del camino”. En su vida siempre es de noche. Ha oído hablar de Jesús, pero no conoce su rostro. No puede seguirle. Está junto al camino por el que marcha él, pero está fuera. ¿No es esta nuestra situación? ¿Cristianos ciegos, sentados junto al camino, incapaces de seguir a Jesús?
 
Entre nosotros es de noche. Desconocemos a Jesús. Nos falta luz para seguir su camino. Ignoramos hacia dónde se encamina la Iglesia. No sabemos siquiera qué futuro queremos para ella. Instalados en una religión que no logra convertirnos en seguidores de Jesús, vivimos junto al Evangelio, pero fuera. ¿Qué podemos hacer?
 
A pesar de su ceguera, Bartimeo capta que Jesús está pasando cerca de él. No duda un instante. Algo le dice que en Jesús está su salvación: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí”. Este grito repetido con fe va a desencadenar su curación.
 
Hoy se oyen en la Iglesia quejas y lamentos, críticas, protestas y mutuas descalificaciones. No se escucha la oración humilde y confiada del ciego. Se nos ha olvidado que solo Jesús puede salvar a esta Iglesia. No percibimos su presencia cercana. Solo creemos en nosotros.
 
El ciego no ve, pero sabe escuchar la voz de Jesús que le llega a través de sus enviados: “Ánimo, levántate, que te llama”. Este es el clima que necesitamos crear en la Iglesia. Animarnos mutuamente a reaccionar. No seguir instalados en una religión convencional. Volver a Jesús que nos está llamando. Este es el primer objetivo pastoral.
 
El ciego reacciona de forma admirable: suelta el manto que le impide levantarse, da un salto en medio de su oscuridad y se acerca a Jesús. De su corazón solo brota una petición: “Maestro, que pueda ver”. Si sus ojos se abren, todo cambiará. El relato concluye diciendo que el ciego recobró la vista y “le seguía por el camino”.
 
Esta es la curación que necesitamos hoy los cristianos. El salto cualitativo que puede cambiar a la Iglesia. Si cambia nuestro modo de mirar a Jesús, si leemos su Evangelio con ojos nuevos, si captamos la originalidad de su mensaje y nos apasionamos con su proyecto de un mundo más humano, la fuerza de Jesús nos arrastrará. Nuestras comunidades conocerán la alegría de vivir siguiéndole de cerca.

sábado, 27 de octubre de 2012

ARREPENTIRSE


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 13, 1-9

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquella ocasión se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: "¿Piensan que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque acabaron así? Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no. Y, si no os convierten, todos perecerán de la misma manera".
Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás". Palabra del Señor.

Reflexión

No hay otra manera de avanzar si no es cambiando, actuando de manera nueva, poniendo en práctica los conocimientos que se van adquiriendo. Dejar atrás todo aquello que limita el alcance de la vida plena. El evangelio de hoy nos habla de la capacidad de arrepentirse, de volver a pensar en lo que se ha hecho, dicho o pensado, para confrontarlo con la enseñanza de Jesús. Arrepentirse no es sólo una cuestión intimista de considerar que la propia historia personal es un continuo error, ni tampoco un sometimiento a los patrones y valores con los que la cultura dominante evalúa a todos los que se someten a ella. Nosotros hoy podemos ser inmensamente más felices si sentimos que no estamos estancados en prácticas estériles y vamos dando pasos claros de cambio y de  crecimiento. Jesús nos llama al arrepentimiento, que se confronta en primer lugar con su palabra y que es crítica frente a los prejuicios sociales y políticos.

viernes, 26 de octubre de 2012

LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 54-59

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo decía Jesús a la gente: "Cuando ven subir una nube por el poniente, dicen enseguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur dicen: "Va a hacer bochorno", y lo hace. ¡Hipócritas!: si saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no saben juzgar ustedes mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él mientras van de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo". Palabra del Señor.

Reflexión

¿Qué nos está revelando Dios en nuestro tiempo, en el presente? Lo que acontece hoy, la realidad que vivimos, ¿A qué  nos invita de parte de Dios? Leer los signos de los tiempos es saber discernir cómo nos habla Dios hoy. Interpretar los signos de los tiempos es actuar con sabiduría, descubrir la presencia de Dios presente en medio de nuestro pueblo en su dura tarea de avanzar hacia  la realización del proyecto de Dios que es su Reino. ¿Dónde y cómo está Dios hoy? Qué nos está diciendo?
 
Nuestra sociedad y nosotros en ella contabilizamos los avances de las ciencias y disfrutamos, hasta donde podemos, de la tecnología y de los grandes y pequeños descubrimientos que hacen que la vida sea más confortable. Sin embargo, ¿hasta dónde nos esforzamos para erradicar los grandes males que aportan dolor y sufrimientos a un porcentaje escandaloso entre los habitantes de nuestro mundo?  Las naciones que protagonizan la conducción del mundo y sus instituciones han dedicado millones y millones de recursos a la ciencia, a la exploración del espacio y ha logra inmensos avances en búsquedas. Eso está muy bien, para eso nos ha dotado Dios de inteligencia y de sentido trascendente. Lo que no podemos aceptar es que hasta hoy no se haya encontrado la fórmula para erradicar las vergonzantes desigualdades que se viven en nuestros pueblos: el hambre, la desnudez, las injusticias que galopan como si estuviésemos convencidos de que son realidades normales y naturales.
 
Desde hace siglos el Antiguo Testamento da testimonio de que el pueblo creyente afirmó que Dios escuchó el clamor de su pueblo y “bajó” para liberarlo. ¿Cómo leyó el pueblo de Dios ese signo de la sensibilidad de Dios en medio de su realidad dolorosa e indigna? A nosotros nos toca saber leer e interpretar los signos de la presencia liberadora de Dios hoy. No le dejemos esta tarea solo a los líderes de nuestras iglesias  ni a los grandes teólogos. Es una tarea de todos y todas. Aún estamos en camino, pongámonos de acuerdo para vivir como hermanos y hermanas. Así nos reveló Jesús nuestra existencia en Dios. Recordemos que: 1) ninguna realidad es fatal, irremediable ni definitiva. Dios actúa en la historia; 2) Los conflictos se dirimen al interior de las instancias, instituciones o realidades en las que acontecen, sin secretismos ni tapaderas irresponsables. Solo hay que hacer valer los criterios del Evangelio. 3) No podremos asumir realmente las enseñanzas de Jesús si no aprendemos a interpretar el momento presente y la mediación de la historia. Adelante!!!

jueves, 25 de octubre de 2012

EL BAUTISMO EN CRISTO


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 49-53

Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Piensan que he venido a traer al mundo la paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra". Palabra del Señor.

Reflexión

En el Evangelio de Hoy, el  fuego y del agua representan la presencia del espíritu Santo. El Fuego y el agua actúan al mismo tiempo en la vida cristiana y en diferentes momentos de la vida cristiana: la iniciación bautismal y la confirmación del compromiso. El bautismo que Jesús propone no sólo sugiere un proceso de purificación, como los ritos judíos, o un proceso de conversión, como exigía Juan Bautista. El bautismo cristiano es la inmersión en el camino de Jesús, en sus convicciones y también en sus acciones y conducta. En el bautismo en Jesús se crean  lazos fraternos y relaciones cercanas y eternas.
Claro está que nada de esto se asume de manera automática como por magia. La realización del bautismo se va concretando en el día a día del seguimiento de Jesús. Escuchando diariamente la palabra de Dios que nos va guiando hacia la realización definitiva, podemos ir discerniendo nuestras opciones fundamentales y creciendo poco a poco en nuestro deseo de vivir en Cristo y dejar espacio en nuestra vida para que Cristo se instale y salve.
Somos invitados a profundizar nuestra identidad cristiana. Que nuestra división no esté constituida por apologías estériles, sino por opciones radicales al servicio de nuestros hermanos y hermanas. Nuestras convicciones no tienen que ser vividas en términos de competencia contra nuestros semejantes sino a su servicio. Asumamos humildemente nuestra vida en la fe y dejemos que sea el mismo espíritu el que nos vaya suavemente impulsando hacia la obediencia a Dios en la práctica evangélica de la vida fraterna y la búsqueda de justicia compartida.

miércoles, 24 de octubre de 2012

AMAR Y SERVIR SIEMPRE

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 39-48

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Comprendan que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo ustedes, estén preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre". Pedro preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?" El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Les aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda al llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá". Palabra del Señor.
 
Reflexión

El reconocimiento del amor que Dios nos tiene es vital para poder adherirnos a Jesús y su proyecto de salvación y a su causa que es la causa de los pobres. Sabiéndonos amados, acompañados, sostenidos por el mismo Dios de Jesús, estaremos dispuestos a entregar nuestra vida radicalmente por él, al estilo de Jesús. Jesús nos muestra a un Dios Padre que está siempre a nuestro lado para servirnos y así nos invita a acompañar a nuestro prójimo sirviéndoles en todo lo que  podamos. Para eso el Señor nos da la vida y la mantiene.
 
Nuestro texto del Evangelio de Hoy retoma las enseñanzas de Jesús para mostrarnos como la diligencia, la eficiencia y la buena administración están en función de la misión, de las buenas relaciones fraternales y, sobre todo, de la fe en el retorno futuro del Señor. Por esta razón, la iglesia no se pensaba únicamente a partir de sus necesidades o de las urgencias del contexto, sino fundamentalmente a partir de su fe en el encuentro futuro con el Señor que se vivía en el día a día del servicio, del amor universal y de la solidaridad. De ahí el llamado continuo a la vigilancia y a la práctica de la fe.
 
El encuentro futuro con el Señor está descrito en términos de servicio a nuestro favor: “Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Les aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes”. En otro texto nos va a decir que el Señor al llegar les invitarás a sentarse en la mesa y se pondrá él mismo a servirle. Lo importante es estar viviendo hoy lo que creemos pues esa vida en la fe nos asegura el entusiasmo y la alegría. Vivir nuestra fe significa ponernos al servicio de nuestros hermanos y hermanas, desarrollar nuestra vocación humana y cristiana. ¿Cuáles son  las debilidades que tenemos hoy las comunidades cristianas y que debemos empeñarnos sanamente en fortalecer como Iglesia y personalmente?

martes, 23 de octubre de 2012

VIVIR EN SANA ATENCION


 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 35-38

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Tengan ceñida la cintura y encendidas las lámparas; ustedes estén como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: les seguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y les irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Palabra del Señor.

Reflexión

Estamos acostumbrados a escuchar el evangelio o a leerlo y quedarnos tranquilos sin reaccionar. Muchas veces caemos en la rutina y en la pasividad, no nos mueve a nada la palabra de Dios. Por eso, sería bueno que cada uno y cada una se dejara cuestionar por los textos que leemos o escuchamos. ¿Qué significa estar despiertos,  Cómo vivir la actitud de vigilancia a la que nos llama hoy el evangelio? La vida cristiana es un estado activo y consciente de de opción por Jesús y su propuesta. Por eso hay que estar atentos a su llamada para responderle con prontitud y así no dejar pasar las oportunidades de  alegrarnos con su presencia y su mensaje.
Podemos interpretar la noche como los períodos de problemas, dificultades, duelo, enfermedades y todas esas realidades que nos llegan sin planificarnos y que nos hacen frágiles e impotentes. En esos momentos el Señor no está ausente, está siempre con nosotros y podemos escuchar su voz de apoyo y de solidaridad. Él no viene a quitarnos vida o intensidad sino a servirnos con amor y ternura. Nuestra vida será más intensa, más alegre cuando estemos más atentos a la palabra, a la causa y al proyecto integral de Jesús. No olvidemos que cada vez que Jesús se acerca a alguien en los evangelios es para aportarle alegría, salud, perdón, ánimo y fuerza para la vida.
Así que atendamos al llamado que nos hacen estos cortos versículos del Evangelio de san Lucas. No caigamos en la tentación de espiritualizar el mensaje dejándolo en la inactividad. Somos interpelados a diario por el Evangelio. Si nos implicamos de lleno en nuestro ambiente seremos parte de los cambios necesarios para que nuestra vida de comunidad, de pueblo, de iglesia y sociedad. Si dejamos que sólo algunas personas e instituciones accionen y produzcan los cambios, entonces corremos el riesgo de que en vez de hacer bien, estos cambios dañen la convivencia. En medio de la agitación Social, política, cultural y religiosa de nuestra época, abramos el corazón y la mente a la voluntad de Dios. Como nos recordó el Concilio Vaticano II, hace ya 50 años, estemos atentos y atentas a los signos de los tiempos, a la presencia de Dios entre nosotros, salvando y animando a su pueblo. Para ello tenemos que estar despiertos pues el que duerme pierde la oportunidad.

lunes, 22 de octubre de 2012

ACUMULAR RIQUEZAS ANTE DIOS

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 13-21

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia." Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre ustedes?"                
Y dijo a la gente: "Miren: guárdense de toda clase de codicia. Pues, aunque uno -ande sobrado, su vida no depende de sus bienes."                                                          
Y les propuso una parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida."                      
Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios." Palabra del Señor.

Reflexión
El Evangelio de Hoy no tiene como objetivo meternos miedo. Se trata de recordarnos que nuestra  vida debe ser bien aprovechada para desarrollar buenas actitudes fraternas. Dios nos ha creado y nos ha regalado para siempre la libertad absoluta. No podemos dejarnos robar la libertad que Dios nos ha conferido amorosamente. La libertad no solamente nos  la roban los tiranos, los gobiernos o los jefes, también puede ser ocupada por actitudes, por los bienes materiales y por intereses particulares distintos.
 
¿Qué significa acumular riquezas ante Dios?  Creo que es vivir  de manera que cultivemos nuestra condición humana, que seamos más humanos, más dignos y hagamos de nuestra vida un servicio a la vida y a los que nos rodean, particularmente a quienes más nos necesitan. Nuestra seguridad no consiste en tener todo calculado, ni en tener vienes acumulados. La seguridad nos viene de la confianza que depositamos en Dios que nos permite compartir lo que somos y tenemos sin miedo ni tacañerías.
 
En el Evangelio de Hoy  Jesús nos invita a desafiar los parámetros seguridades mundanas con el cultivo de la espiritualidad como auténtica fuente de seguridad y felicidad. Para él, la vida es más que la suma de los procesos biológicos, económicos y sociales. La vida es un don y, como tal, debe ser a su vez donada en abundancia, ya que la vida, como bien principal, no se puede retener, pero sí se puede entregar. La herencia que Jesús nos ha dejado es precisamente ese espíritu de vida, amor y felicidad. Pidámosle a Jesús que nos ayude a poder valorar realmente la vida y a compartirla alegremente en el día a día de nuestra existencia.

domingo, 21 de octubre de 2012

“DE ESO NADA”


“El Evangelio de Hoy”: Marcos 10, 35-45

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir." Les preguntó:- "¿Qué quieren que haga por ustedes?" Contestaron: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda." Jesús replico: "No saben lo que piden, ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?" Contestaron /: "Lo somos" "Jesús les dijo: "El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y se bautizarán con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado." Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Ustedes, nada de eso: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos." Palabra del Señor.

Reflexión Invitada: DE ESO NADA”      
JOSÉ ANTONIO PAGOLA.

Mientras suben a Jerusalén, Jesús va anunciando a sus discípulos el destino doloroso que le espera en la capital. Los discípulos no le entienden. Andan disputando entre ellos por los primeros puestos. Santiago y Juan, discípulos de primera hora, se acercan a él para pedirle directamente sentarse un día “el uno a su derecha y el otro a su izquierda”.
 
A Jesús se le ve desalentado: “No sabéis lo que pedís”. Nadie en el grupo parece entenderle que seguirle a él de cerca colaborando en su proyecto, siempre será un camino, no de poder y grandezas, sino de sacrificio y cruz.
 
Mientras tanto, al enterarse del atrevimiento de Santiago y Juan, los otros diez se indignan. El grupo está más agitado que nunca. La ambición los está dividiendo. Jesús los reúne a todos para dejar claro su pensamiento.
 
Antes que nada, les expone lo que sucede en los pueblos del imperio romano. Todos conocen los abusos de Antipas y las familias herodianas en Galilea. Jesús lo resume así: Los que son reconocidos como jefes utilizan su poder para “tiranizar” a los pueblos, y los grandes no hacen sino “oprimir” a sus súbditos. Jesús no puede ser más tajante: “Vosotros, nada de eso”.
 
No quiere ver entre los suyos nada parecido: “El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero, que sea esclavo de todos”. En su comunidad no habrá lugar para el poder que oprime, solo para el servicio que ayuda. Jesús no quiere jefes sentados a su derecha e izquierda, sino servidores como él, que dan su vida por los demás.
 
Jesús deja las cosas claras. Su Iglesia no se construye desde la imposición de los de arriba, sino desde el servicio de los que se colocan abajo. No cabe en ella jerarquía alguna en clave de honor o dominación. Tampoco métodos y estrategias de poder. Es el servicio el que construye la comunidad cristiana.
 
Jesús da tanta importancia a lo que está diciendo que se pone a sí mismo como ejemplo, pues no ha venido al mundo para exigir que le sirvan, sino “para servir y dar su vida en rescate por muchos”. Jesús no enseña a nadie a triunfar en la Iglesia, sino a servir al proyecto del reino de Dios desviviéndonos por los más débiles y necesitados.
 
La enseñanza de Jesús no es solo para los dirigentes. Desde tareas y responsabilidades diferentes, hemos de comprometernos todos a vivir con más entrega al servicio de su proyecto. No necesitamos en la Iglesia imitadores de Santiago y Juan, sino seguidores fieles de Jesús. Los que quieran ser importantes, que se pongan a trabajar y colaborar.

sábado, 20 de octubre de 2012

EL DISCURSO CRISTIANO


 “El Evangelio de hoy”: Lucas 12, 8-12

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando les conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de lo que van a decir, o de cómo se van a defender. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que tienen que decir". Palabra del señor.

Reflexión

En el Evangelio de Hoy Jesús exhorta a la comunidad a aprender sobre el buen uso del discurso. El discurso a favor de Cristo no tiene límites. El testimonio es, en este sentido, una narración de la acción de Dios en el mundo por medio de las personas que Dios llama a vivir su palabra, los discípulos de Jesús,  con el fin de fortalecer el Reino de Dios en la vida de su  pueblo. Este discurso también ayuda a los creyentes a descubrir cómo Dios actúa, salvando a su pueblo en la vida cotidiana.
 
El discurso de la comunidad y de la iglesia no debe caer en la tentación de descalificar lo bueno que otras personas hacen, sin importar si son de otras creencias o si no creen en nada. El bien tiene un valor propio, por encima de las buenas o malas opiniones, y el cristianismo reconoce que el bien es obra del Espíritu Santo. Por último, el evangelio nos recuerda que somos testigos de la resurrección, es decir, de la acción vivificadora de Dios en el mundo y fundamentalmente no debemos polemizar con quienes no estén de acuerdo con algunos aspectos particulares de nuestra doctrina religiosa. Vivamos nuestra fe.

viernes, 19 de octubre de 2012

LA TRANSPARENCIA


 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 1-7

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse.
Por eso, lo que digan de noche se repetirá a pleno día, y lo que digan al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A ustedes les digo, amigos míos: no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Les voy a decir a quién tienen que temer: teman al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tienen que temer, les lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo: no hay comparación entre ustedes y los gorriones."
Palabra del Señor.

Reflexión

En este texto del evangelio de San Lucas la enseñanza de Jesús puede resumirse en tres puntos: 1) Frente a los fariseos que sobrevaloran su propia doctrina y desprecian incluso lo bueno de otros grupos religiosos, Jesús destaca que es mejor ser que parecer. 2) El temor de Dios no es en la Biblia un miedo hacia él, sino un reconocimiento de su poder para afirmar la vida, en particular cuando está amenazada por la violencia humana. 3) El cristiano, la cristiana debe tener presente que la memoria de Dios restaura lo que la historia humana sume en el anonimato. No concuerdan los valores del Reino con los de la cultura vigente. Mientras el mundo actual valora la imagen pública, el evangelio exalta la coherencia íntima; mientras el pensamiento común minimiza la injusticia, el evangelio advierte sobre el alcance real de la maldad en el mundo. Solo actuando desde la justicia y la fraternidad que iguala e impulsa, podemos los cristianos ser un aporte a esta sociedad, humanizando la vida, como lo hace Jesús.
 
Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Hasta nuestros secretos mejor guardados se revelarán, todo está destinado a venir a la luz. No tenemos porqué tener miedo de nada ni de nadie, nuestra vida descansa en Jesús y él nos ama hasta dar la vida por nosotros y recuperarla para nuestra esperanza. Dios quiere a sus hijos e hijas libres de todo lo que le pueda reducir su libertad. Libre de toda mentira, de toda hipocresía, libre de toda política clientelista y demagoga, libre de toda religión que condena y esclaviza, libre de toda economía despersonalizada…

jueves, 18 de octubre de 2012

SAN LUCAS EVANGELISTA

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 10,1-9

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que les mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz en esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y les reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el Reino de Dios." Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy celebramos la fiesta de San Lucas evangelista. Lucas es un cristiano convencido que pone todo su empeño en transmitir a las futuras generaciones de creyentes en Cristo su experiencia de fe. El evangelista Lucas perteneció a la tercera generación de seguidores de Jesús. Estas personas conocieron a quienes fueron testigos oculares de la predicación de Jesús y del nacimiento de la iglesia y luego se convirtieron en servidores de la Palabra (Lc 1, 1-4). Lucas perteneció a esta generación y comprendió, como ningún otro, la urgencia de hacer una presentación orgánica del mensaje cristiano. El evangelio de hoy nos habla de cómo un buen grupo de creyentes, y no solo los 12, se incorporaron a la labor evangelizadora de Jesús.
 
Los escritos de San Lucas los encontramos en dos partes y abarcan desde los antecedentes del nacimiento de Jesús en Galilea hasta la llegada del evangelio cristiano a Roma. Un breve lapso de tiempo para la historia, pero un cambio definitivo para la humanidad. De igual forma su relato insiste en la importancia de que las nuevas generaciones de cristianos aprendan a «escuchar» el testimonio de las generaciones precedentes y se transformen, por la fuerza del evangelio, en servidores de la Palabra. Al igual que los 72 los cristianos de hoy somos llamados a vivir la misión de anunciarles a Jesús a los demás.
 
Estamos celebrando los 50 años del Concilio Vaticano II que nos ha aportado la posibilidad de acceder a la Sagrada Escritura y de orientar su vida, personal y comunitaria, a la luz de la Palabra. Sin embargo, con frecuencia falta preparación para acceder a una auténtica lectura orante que sepa conjugar las exigencias de la ciencia, las luces de la fe y la práctica del amor. Pidamos a Dios en nuestras oraciones que nos permita estar siempre abiertos a la palabra de Dios y a discernir realmente cuál es hoy su voluntad, para disponernos a vivirla. Demos gracias a Dios, también, por la vida y obra a San Lucas quien nos regaló el libro de Hechos de los Apóstoles y el Evangelio según San Lucas.

miércoles, 17 de octubre de 2012

GARANTIZAR LA VIDA


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 11, 42-46

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasan por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, que le encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de ustedes, que son como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!" Un jurista intervino y le dijo: "Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros". Jesús replicó: "¡Ay de ustedes también, juristas que abruman a la gente con cargas insoportables, mientras ustedes no las tocan ni con un dedo!" Palabra del Señor.

Reflexión

La función de la Ley es garantizar lo mínimo en la vida social para alcanzar lo máximo en la vida diaria. El problema es que, como cualquier institución, la Ley puede ser evadida con las mismas formalidades que se crean para cumplirla. Esta situación paradójica recuerda el dicho popular: “hecha la ley, hecha la trampa”.
 
El texto del evangelio de hoy presenta una serie de lamentaciones que hacen evidente un cumplimiento puramente formal de la Ley, en detrimento de un compromiso más auténtico y existencial. La primera de ellas, pone en evidencia que exigencias absolutas como la justicia y la misericordia se ven burladas por mecanismos absurdos como el pago de impuestos por condimentos y especias. Si bien estos impuestos son importantes en orden a la sustentación del culto y los ministros, la relación con el prójimo y con Dios se ven relativizadas, al no concretar en trato, actitudes, comportamientos y opciones la realización de la justicia interhumana. (Koinonía)

martes, 16 de octubre de 2012

DAR DE LO DE DENTRO


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 11, 37-41

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo." Palabra del Señor.


Reflexión

¿Qué significa dar de lo de dentro? Me parece que es el don espiritual, el testimonio de vida, la coherencia entre lo que creemos y lo que somos y hacemos de cara a los demás. Ser puros no significa estar limpios por fuera, haberse bañado bien y perfumado. Para los fariseos, la pureza y el estado de gracia, la bondad,  estaba puesto en la observancia literal de la ley, especialmente lo referente al culto, a los ritos y, sobre todo, en costumbres de higiene. Se daba más valor a cosas puramente funcionales, y se perdían de vista las exigencias sociales de la Ley.
“Den más bien en limosna lo que tienen y entonces todo será puro para ustedes”. Para ser fiel a lo que Dios pide de nosotros no basta observar sólo la letra de la ley. Esto sería lo mismo que limpiar el vaso o el plato por fuera y dejar el interior lleno de suciedad: robo y maldad. No basta no matar, no robar, no cometer adulterio, no jurar. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va hasta la raíz y arranca desde dentro de sí los deseos de “robo y de maldad” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor.
También hoy tenemos que buscar que nuestras normas, costumbres, cultos y ritos no vayan en contra de la vida, de los más pobres. Que nuestras prácticas no afecten la vida de nadie. En el fondo, toda organización ética,  moral, política y religiosa debe hacerse a favor de la vida integral de toda la Creación de Dios.

lunes, 15 de octubre de 2012

LA CONVERSIÓN


“El Evangelio de Hoy”: Lucas 11, 29-32

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de Hoy quiere ayudarnos a reconocer nuestra necesidad de conversión y  cambio de vida. Las experiencias del pueblo de Dios pueden ayudarnos a entrar en un proceso serio de conversión. En el Evangelio de hoy, Jesús habla de dos episodios del pasado: el episodio de Jonás y el de la reina de Sabá, y los transforma en espejo para que la gente descubra en ellos el llamado de Dios a la conversión.

Jonás fue una señal para la gente de Nínive a través da su predicación. Al oír a Jonás, el pueblo se convirtió. Así, la predicación de Jesús estaba siendo una señal de la presencia de Dios para su gente, pero el pueblo no daba señales de conversión.

El libro de Jonás es una parábola que critica la mentalidad de aquellos que querían a Dios sólo para los judíos. En la historia de Jonás, los paganos se convirtieron ante la predicación de Jonás y Dios los acogió en su bondad y no destruyó la ciudad. Cuando vio que Dios acoge al pueblo de Nínive y no destruyó la ciudad, Jonás sintió un gran disgusto. Quería que Dios destruyera aquel pueblo pagano. Pero en su oración reconoce que Dios es misericordioso y compasivo que se arrepiente de sus amenazas. No se deja manipular por  tradiciones. Jesús no pide que todos sean cristianos. Pide que todos sean sus discípulos, personas que como él, irradien y anuncien la Buena Nueva del amor de Dios para todos los pueblos alrededor.

domingo, 14 de octubre de 2012

CON JESÚS EN MEDIO DE LA CRISIS


“El Evangelio de Hoy”: Marcos 10, 17 - 30

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre."Él replico: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño." Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: "Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme." A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!" Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: "Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios." Ellos se espantaron y comentaban: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús se les quedo mirando y les dijo: "Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo." Pedro se puso a decirle: "Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido." Jesús dijo: "Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más- casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna." Palabra del señor.

Reflexión invitada: CON JESÚS EN MEDIO DE LA CRISIS               

Antes de que se ponga en camino, un desconocido se acerca a Jesús corriendo. Al parecer, tiene prisa para resolver su problema: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?”. No le preocupan los problemas de esta vida. Es rico. Todo lo tiene resuelto.
 
Jesús lo pone ante la Ley de Moisés. Curiosamente, no le recuerda los diez mandamientos, sino solo los que prohíben actuar contra el prójimo. El joven es un hombre bueno, observante fiel de la religión judía: “Todo eso lo he cumplido desde pequeño”.
 
Jesús se le queda mirando con cariño. Es admirable la vida de una persona que no ha hecho daño a nadie. Jesús lo quiere atraer ahora para que colabore con él en su proyecto de hacer un mundo más humano, y le hace una propuesta sorprendente: “Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres… y luego sígueme”. El rico posee muchas cosas, pero le falta lo único que permite seguir a Jesús de verdad. Es bueno, pero vive apegado a su dinero. Jesús le pide que renuncie a su riqueza y la ponga al servicio de los pobres. Solo compartiendo lo suyo con los necesitados, podrá seguir a Jesús colaborando en su proyecto.
 
El joven se siente incapaz. Necesita bienestar. No tiene fuerzas para vivir sin su riqueza. Su dinero está por encima de todo. Renuncia a seguir a Jesús. Había venido corriendo entusiasmado hacia él. Ahora se aleja triste. No conocerá nunca la alegría de colaborar con Jesús.
 
La crisis económica nos está invitando a los seguidores de Jesús a dar pasos hacia una vida más sobria, para compartir con los necesitados lo que tenemos y sencillamente no necesitamos para vivir con dignidad. Hemos de hacernos preguntas muy concretas si queremos seguir a Jesús en estos momentos.
 
Lo primero es revisar nuestra relación con el dinero: ¿Qué hacer con nuestro dinero? ¿Para qué ahorrar? ¿En qué invertir? ¿Con quiénes compartir lo que no necesitamos? Luego revisar nuestro consumo para hacerlo más responsable y menos compulsivo y superfluo: ¿Qué compramos? ¿Dónde compramos? ¿Para qué compramos? ¿A quiénes podemos ayudar a comprar lo que necesitan?
 
Son preguntas que nos hemos de hacer en el fondo de nuestra conciencia y también en nuestras familias, comunidades cristianas e instituciones de Iglesia. No haremos gestos heroicos, pero si damos pequeños pasos en esta dirección, conoceremos la alegría de seguir a Jesús contribuyendo a hacer la crisis de algunos un poco más humana y llevadera. Si no es así, nos sentiremos buenos cristianos, pero a nuestra religión le faltará alegría.                                                                                                                                                                                                                                                                         JOSÉ ANTONIO PAGOLA