Lectura del santo
evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo,
Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has
escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la
gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi
Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el
Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" Palabra del Señor.
Reflexión
La lógica de
Jesús es totalmente diferente a la dominante en su tiempo. Su agradecimiento a
Dios no lo hace por los que social y públicamente han logrado posicionarse y
gozar de prestigio y reconocimiento sino por aquellos que son capaces de
abrirse a la voluntad de Dios. Dios es tan bueno que nos ha creado de manera
tal que sólo los pequeños, los humildes, los que no tienen afán de grandezas,
pueden darse cuenta de la verdad fundamental y disponerse a vivir poniendo la confianza en su creador. La
sabiduría del “mundo” no garantiza la realización humana. Todos los avances de
las ciencias no han logrado acabar con el hambre, por poner un ejemplo…
Reconocer en
Jesús el rostro de Dios cuidando a los más necesitados es una muestra de gran y
profunda sabiduría. Ser sabios es asumir las actitudes que cuiden la vida y la
impulsen hacia la eternidad. No vivir de la inmediatez sino trascender el
espacio y el tiempo para internarse en el misterio mismo de nuestra existencia
como imagen y semejanza de Dios. Esto, solo los pequeños lo pueden comprender,
solo ellos pueden entrar en este misterio.
Seamos sabios,
aprendamos a vivir en comunión. No nos dejemos arrastrar por la ignorancia y la
falta de verdadera instrucción. Nunca pongamos nuestra seguridad en lo que “sabemos”.
Depositemos nuestra confianza en el Señor que elevará infinitamente nuestras
capacidades hasta dotarnos de la decisión de darlo todo por los demás sin
buscar beneficios particulares. La sabiduría que busca dominar los otros, solo aporta desigualdades e
injusticias. Como Jesús coloquemos en alto el valor de la persona en su
singularidad y el valor del amor como una dinámica de transformación de las
relaciones humanas. Gracias Señor Por permitirnos conocerte y convivir. Amén.
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